Una invitación a pensar en argentino.

Autores: Lucio Córdoba / Hernán López Maza

“La Patria tiene salida, con cultura nacional, que es todo lo universal, visto con ojos de criollo, sin comerse los embrollos, del cipayaje local.” Así hablaba Don Jauretche – Jorge Marziali.

La crisis de representatividad de los partidos tradicionales y sus coaliciones que hicieron posible la victoria de Javier Milei se nos presenta como el resultado de un profundo extravío de las conducciones políticas e intelectuales de aprehender la realidad social y política desde una perspectiva nacional.

Las ideologías foráneas han penetrado desde los círculos intelectuales hacía los partidos políticos de tradición nacional como nunca antes. Por “izquierda” y por “derecha” los “dirigentes” e “intelectuales” ya no proponen soluciones viables y constructivas, sino que solo se sostienen oponiéndose radicalmente a lo que el bando de enfrente diga en la lógica de la grieta. Si unos dicen aborto legal entonces los otros son antiaborto, si unos dicen sector privado, los otros proponen estatismo. De este modo el debate público se convierte en un diálogo de sordos en el que nadie propone nada nuevo sino únicamente la negación del opuesto.

Los versos de Marziali nos ayudan a comprender la sencilla fórmula del Pensamiento Nacional, lo universal visto con nuestros propios ojos como decía Arturo Jauretche, cuando hablaba de crear una forma distinta de pensar. Cuando hablamos de Soberanía debemos remitirnos a la capacidad de generar un pensamiento propio, desde nuestra tradición y nuestras costumbres, para que el pensar sea también soberano. 

La crisis de representatividad hoy, puede entenderse al igual que ayer, por la incapacidad de los “cuadros técnicos” e “intelectuales” que forman parte de los sucesivos gobiernos por lo menos de la última década. La izquierda progresista, reconstruida a partir de causas de minorías y derechos individuales, no puede concebir al conjunto del Pueblo Argentino como lo que es realmente, si no como lo que quiere que sea. Mientras que los que hoy se llaman “la derecha” se encuentran conducidos por un anarco-capitalista que no cree en los estados ni en las naciones, y por lo tanto no concibe un proyecto de nación.

En una época en donde las banderas históricas de los movimientos nacionalistas-industrialistas han sido expropiadas por ingeniería social que responde a intereses foráneos, y días en los que se utiliza en demasía el término “batalla cultural”, debemos esquivar los posicionamientos creados por la inteligentzia entre dos polos que responden a un mismo poder: el progresismo actual y el neoliberalismo devenido en anarcocapitalista.  Para ello es necesario poner los pies en el suelo y comprender la cultura nacional desde los ojos de un criollo como Jauretche, o como sus pares y contemporáneos pensadores del anticolonialismo. 

Allí donde las ONG ‘s extranjeras marcan la agenda a través de fundaciones y otras herramientas de la ingeniería social del siglo XXI, los criollos como nosotros debemos reafirmar la Soberanía nacional en todos sus aspectos, y en este punto es necesario tener una agenda y un pensamiento propio.

De aquí que no podemos pensar que la pura oposición al actual gobierno sirva de algo si es una oposición hecha a la medida de los mismos que acaban de fracasar. Los lemas progresistas como “más derechos y menos derecha” no interpelan a nuestros compatriotas como la progresía twittera lo imagina, más bien refuerza el rechazo que sobre ellos tiene gran parte del pueblo trabajador argentino. 

La creatividad tiene que venir directamente de nuestras raíces, y si vamos a las raíces de nuestro pensamiento, entonces nos encontramos con figuras tan trascendentales como  Jauretche, Scalabrini Ortiz y Abelardo Ramos.

Primero con Scalabrini Ortiz y Jauretche, posteriormente con Jorge Abelardo Ramos, el Pensamiento Nacional vió sus primeras luces en el convulsionado Siglo XX. No vamos a realizar un análisis exhaustivo de sus obras, pero rescataremos la originalidad de su pensamiento y la necesidad de revitalizarlo para pensar los problemas de nuestros días.

En la síntesis propagandística de FORJA, observamos el lema que luego fue acuñado por el General Peron desde la Secretaria de Trabajo y Previsión: soberanía política, independencia económica y justicia social -esta última tan bastardeada por el actual presidente- es por ello que consideramos propicio dar dicha batalla con las armas que nos brindan los intelectuales de este grupo, ideas que guiaron el desarrollo de la revolución nacional del Justicialismo. 

En Historia de los Ferrocarriles Argentinos de la pluma de Scalabrini Ortiz hallamos una revelación histórica, el desarrollo de los FFCC Argentinos no fue una obra de los capitales ingleses como la historia anglófila quiso relatar, si no que fue fruto del esfuerzo de productores argentinos y empresarios nacionales que, apoyados en la inversión estatal, pusieron a rodar los primeros vagones con el Ferrocarril Oeste en la Provincia de Buenos Aires, que en ese momento representaba a un Estado aislado de la Confederación Argentina.

Traemos a colación estos sucesos porque son esos relatos históricos los que invaden nuestra cultura y hacen creíbles los nuevos relatos que afirman, otra vez por izquierda y por derecha, que la posibilidad de nuestro despegue económico está atada a una buena alianza con una potencia extranjera. China por un lado para los más progresistas, Inglaterra y Estados Unidos serían los motores para impulsar nuestra economía según el actual oficialismo liberal. 

“No se trata de cambiar de collar, se trata de dejar de ser perro” Jauretche, Arturo. 

La necesidad de un pensamiento agresivo exige expresar claramente y con nuestras propias palabras la discordancia con el pensamiento dominante en las universidades estatales y de los think tanks a través de los cuales tanto progresistas como neoliberales como los profetas del odio de mediados de siglo xx, buscan extirpar al peronismo y a cualquier expresión del pensamiento nacional de los medios de comunicación, de la educación y de las instituciones que son pilares de la identidad y el sentimiento nacional.

Lucio Córdoba 

Hernan Lopez Maza 

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