Soberanos quilombos

soberanos quilombos abril 2022

Resumen de noticias de abril 2022

Por Ariel Duarte – Abogado UBA

La propuesta es sencilla y abierta. Compartir algunas noticias e informes mensuales que construyen la opinión pública de quienes toman decisiones en Argentina. Si tenés alguna punta, escribime que la sumamos a esta agenda abierta.

La idea de una mesa chica de 4 patas que resuelve el mundo -a espaldas del resto- es contraria a la naturaleza de las cosas. Existen las conspiraciones, pero pensar en construir la torre más alta y perfecta del mundo que alcance al espacio exterior, rápido entra en contradicción con las leyes de la naturaleza  Los vientos, gravedades y el temblor de la tierra harán lo suyo para derribarla.

En igual sintonía, sucede con la política, la conspiración más perfecta puede sucumbir con el movimiento de un pueblo que un día se harta y se moviliza. Horas decisivas pueden cambiar el curso de la historia universal. La metafísica de un pueblo se pone en movimiento. Todos los días sumamos noticias de cuando un día lo intentan.

Las decisiones de la clase dirigente, como las nuestras, son encausadas desde una conducta necesariamente artesanal. Cada persona construye su perspectiva de la información que recibe, y encara su día a día en una lucha constante por ganarse un lugar en el mundo, incluso en función de un interés particular o para hacer respetar un deseo o una necesidad.

Su mejor criterio estará nutrido por la experiencia en la realización humana de las cosas y por la calidad de información que incorpora a su vida. La construcción de opinión pública dirigida a esos sectores muchas veces ayuda a comprender qué se está discutiendo y qué se quiere hacer con ello.

Vamos a explorar sobre esas noticias que desde el minuto cero de cada día conforman el compás de los temas que se ponen en discusión. Los recortes de diarios tienen su particularidad, son la primera nota tangible del concierto mediático de cada día.

La noticia de primera mañana – 4/5 am- marca la agenda sobre la cual los primeros locutores de radio pasarán páginas analógicas y digitales para contar cuáles son los temas que se están conversando. Quienes luego ponen la jeta y encaran a la televidencia, suenan frente a la cámara con la voz tenue de esas primeras horas radiales y diarieras de periodista cafetero amanecido. Las publicaciones digitales acompañarán con su distinguida versatilidad la difusión y repotenciación de la agenda diaria inicial.

Este mes último que pasó lo único que vemos en concreto es que absolutamente todo el mundo habla de que estamos en una nueva era o época. Es decir, de mínima, podemos concluir que la realidad requiere algo más que saber sumar para encarar lo que implica un cambio sustancial de las cosas.

El drama es que este denominador común fue el compás de la época abierta ya hace varios años, que con la pandemia se coronó como una versión letal y contagiosa de gripe viral de cambio de estación.

Más que repetir lo que ya se dice, toca el turno de invitar a leer entre líneas algunos fenómenos de lo que compone el rol que se pretende de nuestro país y nuestra vida en el nuevo concierto del mundo.

Varios ejes conducen la opinión central sobre lo que nos reubicará en el lugar que se nos quiere. Hay algunos repetidos pero reversionados, y uno quizá novedoso, incorporado también como punto central del acuerdo con el FMI.

Los conocidos: se necesitan minerales que nosotros tenemos, se necesita energía que nosotros tenemos, se necesitan alimentos que nosotros tenemos.

El nuevo: se necesitan muchas horas de trabajo juveniles frente a pantallas, muchas… Hay que alimentar a un gran amigo monstruoso, que no conoce de fronteras y que vive a través de la programación y entrada de datos: comenzó la reversión virtual del mundo que vivimos. Economía del Conocimiento se le llama.

El mundo que viene ya lo conocíamos desde el internet, pero hoy se posiciona para vender finalmente la última vuelta de tuerca a la era digital: el metaverso, un producto para vivir con nuestros sentidos la versión “elegida” de una realidad que no existe.

La ciencia, que quiso desprenderse de la espiritualidad para desarrollar la potencia del ser humano, hoy se convierte en la máxima deidad de nuestra Historia moderna: se quiere crear la experiencia de un nuevo mundo en el que no hace falta movernos para existir.

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