Por Justo Arias Cisneros
Desde la reanudación de las relaciones diplomáticas y consulares entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte tras la Guerra de 1982, se han firmado diversos acuerdos en torno a la administración de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes.
En cada uno de ellos, sin excepción, nos encontramos con una figurita repetida: el denominado “paraguas de la soberanía”, que en los hechos mantiene sin salpicaduras la situación colonial impuesta por el Reino Unido en enero de 1833.
Se trata de una fórmula que le permite a la República Argentina y al Reino Unido acordar de forma bilateral asuntos vinculados a la administración de la región mientras no solucionen la disputa de soberanía sobre ella; sin que ello pueda ser interpretado como una renuncia a los reclamos de soberanía que mantienen cada uno de los dos países, o un reconocimiento del reclamo de soberanía por parte de un país hacia el otro [1].
A partir de la utilización de esta fórmula, a lo largo del tiempo Argentina acordó con el Reino Unido cuestiones pesqueras, comerciales, hidrocarburíferas y militares, entre otras, referidas al área de Malvinas bajo dominio británico.
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En todos los acuerdos bilaterales firmados entre la Argentina y el Reino Unido en las últimas cuatro décadas se incluyó esta fórmula, que, con el pretexto de salvaguardar la soberanía, en los hechos no hizo más que relegarla al paralizar y mantener la situación impuesta por el dominio británico.
A continuación, te compartimos un breve recorrido por los distintos acuerdos bilaterales que en sus textos incluyeron la fórmula del “paraguas de soberanía” desde la Guerra de Malvinas hasta la actualidad.
Un primer antecedente favorable
El “paraguas” se aplicó por primera vez en la “Declaración conjunta sobre comunicaciones y movimiento entre el territorio continental argentino y las Islas Malvinas”, firmada el 1 de julio de 1971 [2]. Visto el contexto, y a diferencia de lo ocurrido a partir de 1982 hasta nuestros días, este acuerdo estaba orientado hacia una solución de la disputa de soberanía favorable a la Argentina.
Sin embargo, en 1965 la Asamblea General de Naciones Unidas ya había aprobado la Resolución N° 2065, estableciendo tres lineamientos fundamentales para la Cuestión Malvinas con plena vigencia hasta el día de hoy: 1) este caso se trata de una de las formas de colonialismo a la que debe ponerse fin; 2) subyace una disputa de soberanía entre los gobiernos argentino y británico; 3) la forma de encontrarle una solución al caso es a través de las negociaciones bilaterales entre ambos gobiernos [3].
En ese contexto, en agosto de 1968 ambos Estados firmaron un Memorándum de Entendimiento en el que se establecía que “el gobierno del Reino Unido, como parte de esa solución final, reconocerá la soberanía de la República Argentina sobre las Islas” luego de que considerase que los intereses de los isleños estarían asegurados y garantizados por el Estado Argentino. A tal fin, se establecía que la República Argentina promovería la libre comunicación y movimiento entre el continente y las Islas, para estimular el desarrollo de vínculos culturales y económicos, entre otros [4].
La mencionada Declaración de julio de 1971 establecía, entonces, el libre desplazamiento de los isleños entre el territorio continental argentino, en miras a que el Reino Unido finalmente cumpliera con su compromiso de reconocer la soberanía argentina sobre las Malvinas [5]. Pero sobrevino el golpe de Estado cívico militar de 1976 y luego la Guerra de Malvinas de 1982.
La actualidad de la posguerra
El resultado de la Guerra no alteró la naturaleza del conflicto, que todavía consiste en una disputa de soberanía que sobreviene a una situación colonial y que debe ser solucionada por la vía pacífica de las negociaciones. Sin embargo, desde entonces, la fórmula del “paraguas” es un copy & paste que se repite en todo acuerdo bilateral referido a la Cuestión Malvinas.
El primer acuerdo posterior a la Guerra se firmó en febrero de 1989, conocido como “Acuerdo de Madrid I” [6], el cual reanudó las relaciones consulares entre ambos países. Hay un detalle en este documento y es que, utilizando la fórmula del “paraguas” referido a la Cuestión Malvinas, ambas delegaciones “expresaron el deseo de sus gobiernos de promover las relaciones comerciales y financieras”, lo cual derivaría en la firma del Convenio para la Promoción y la Protección de Inversiones con el Reino Unido de 1992, favorable a los intereses británicos y cuya vigencia aún subsiste en nuestro medio.
En febrero de 1990 se firmó el “Acuerdo de Madrid II” [7] que estableció un Sistema Transitorio de Información y Consulta Recíprocas sobre los movimientos de buques y aviones militares en áreas del Atlántico Sudoccidental, impidiendo la actividad de la Argentina en casi todo el Atlántico Sur sin ser autorizado previamente por el Reino Unido.
Este Sistema luego sería modificado por las Declaraciones Conjuntas de septiembre de 1991 [8] y julio de 1993 [9] y 1994 [10], que fueron reduciendo el área dentro de la cual deben ser informados los movimientos militares por parte de ambos países.
En octubre de 1995 se firmó la “Declaración Conjunta sobre Cooperación sobre Actividades Costa Afuera en el Atlántico Sudoccidental”, que estableció la cooperación y participación conjunta de ambos países en la exploración y explotación de las reservas de hidrocarburos existentes alrededor de las Malvinas [11], lo que en la práctica nunca sucedió, siendo el Reino Unido quien continúa arrogándose el poder de decisión y disposición sobre el tema en la región.
En tal sentido, luego de firmar esa Declaración, el Reino Unido pretendió limitar la cooperación con Argentina a un «área de cooperación especial» y reservarse para su accionar unilateral todo el resto del área disputada, utilizando el acuerdo para señalar que las empresas petroleras que operaban ilegítimamente en la zona estaban protegidas contra los reclamos de la Argentina. De hecho, un mes después de la firma del acuerdo, el Reino Unido lanzó unilateralmente una licitación para iniciar la exploración de hidrocarburos en el área en disputa. Finalmente, tras los reiterados incumplimientos por parte del Reino Unido, el acuerdo fue denunciado y dejado sin efecto por Argentina en marzo de 2007 [12].
En 1999 se firmó una nueva Declaración Conjunta que estableció la posibilidad de que los ciudadanos argentinos puedan visitar las Malvinas con sus pasaportes, a la vez que reanudó los vuelos desde Chile a las Malvinas, con dos escalas mensuales en Río Gallegos. Además, se mencionó que se incrementaría la cooperación entre ambos países en el mantenimiento y conservación de los recursos pesqueros en el Atlántico Sur [13].
En febrero de 2001 se acordaron vuelos de aeronaves civiles y navegación de embarcaciones privadas desde el territorio continental argentino a las Islas Malvinas y viceversa [14]. Y, en mayo de 2002, se establecieron las visitas de ciudadanos argentinos a las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur [15].
Luego de más de una década, con la renuncia de por medio del acuerdo sobre cooperación en materia de hidrocarburos en 2007, en septiembre de 2016 se firmó un Comunicado Conjunto conocido como “Acuerdo Foradori-Duncan”, que permitió entrever el sentido de la sistemática utilización del “paraguas” de la soberanía: “se acordó adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos” [16].
El Estado Argentino, en un acto de servilismo más que de gentileza, se obligó a remover todos los obstáculos para que el Reino Unido pudiera explotar sin más los recursos marinos, tanto ictícolas como hidrocarburíferos, existentes en la región en disputa [17], aunque aclarando en los papeles que de esa forma no estaba renunciando a sus reclamos de soberanía, ni reconociendo la posición del Reino Unido. Afortunadamente, el acuerdo fue dejado sin efecto por decisión del propio Estado Argentino en marzo de 2023 [18].
De forma similar al “Acuerdo de Madrid I” de 1989, bajo la fórmula del “paraguas”, en el Comunicado Conjunto se manifestaba el compromiso de estrechar los vínculos de cooperación en materia de inversiones, especialmente en las áreas de infraestructura, energía y minería.
Como podemos ver, la fórmula del “paraguas de la soberanía” se ha utilizado en los más de cuarenta años que transcurrieron desde la finalización de la Guerra para acordar cuestiones vinculadas a la administración de las Malvinas.
Mientras tanto, y con su reticencia a negociar, el Reino Unido fue consolidando su ilegítima posesión y aprovechamiento de las Islas, mediante la ampliación del espacio que controla ilegítimamente en el Atlántico Sur; la construcción y operación de la base militar “RAF Mount Pleasant”; la exploración y explotación -que comenzará a fines de este año en la reserva “Sea Lion”- de hidrocarburos; los permisos de pesca unilaterales a flotas de bandera principalmente china, taiwanesa, española y japonesa; entre otros eventos y situaciones.
Si bien esta fórmula es concebida para poder otorgar cierta regulación a las Islas mientras se negocia una solución a la disputa de soberanía, el problema pareciera estar, justamente, en la falta de intención de llegar a ella por parte del Reino Unido. De hecho, el actual canciller del Reino Unido visitó recientemente las Islas y sostuvo allí que espera que “sean británicas por siempre”.
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Pese a la existencia de diversas resoluciones de las Naciones Unidas que instan a ponerle fin a esta situación colonial, en los hechos la utilización de esta fórmula pareciera ser funcional a la negativa del Reino Unido a sentarse en una mesa de negociaciones que conduzca a una solución pacífica de la disputa, de conformidad con los estándares del derecho internacional.
En definitiva, mientras esta situación se prolongue, todo parece indicar que este “paraguas” seguirá sin salpicar el status impuesto por el colonialismo británico; impidiendo así la integridad territorial de la Argentina y su pleno ejercicio de soberanía, a la vez que dificultando su integración marítima y bicontinental.
Notas al pie
[1] La fórmula textual es la siguiente: “Ambos gobiernos acordaron que:
(1) Nada en el desarrollo o contenido de la presente reunión o de cualquier otra reunión similar ulterior será interpretado como:
a) Un cambio en la posición de la República Argentina acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes;
b) Un cambio en la posición del Reino Unido acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y los espacios marítimos circundantes;
c) Un reconocimiento o apoyo de la posición de la República Argentina o del Reino Unido acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
(2) Ningún acto o actividad que lleven a cabo la República Argentina, el Reino Unido o terceras partes como consecuencia y en ejecución de lo convenido en la presente reunión o en cualquier otra reunión similar ulterior podrá constituir fundamento para afirmar, apoyar o denegar la posición de la República Argentina o del Reino Unido acerca de la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.
[2] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1971_-_paraguas_de_soberania.pdf
[3] https://www.iri.edu.ar/publicaciones_iri/manual/Malvinas/RESOLUCION%202065.pdf
[4] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1968_-_mou_entre_argentina_y_el_reino_unido.pdf
[5] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1971_-_declaracion_conjunta_entre_argentina_y_el_reino_unido_facsimil.pdf
[7] https://www.iri.edu.ar/publicaciones_iri/manual/Malvinas/Madrid%20II.pdf
[8] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1991_-_declaracion_conjunta.pdf
[9] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1993_-_declaracion_conjunta.pdf
[10] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1994_-_comunicado_conjunto.pdf
[11] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1995_-_declaracion_conjunta_hidrocarburos_denuncia_2007.pdf
[12] https://cancilleria.gob.ar/es/actualidad/comunicados/decision-del-gobierno-argentino-de-dar-por-terminada-la-declaracion-conjunta
[13] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/1999_-_declaracion_conjunta.pdf
[14] https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/2001_-_entendimiento_vuelos_privados.pdf
[16] https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/comunicados/comunicado-conjunto-9
[17] En aquel entonces ya se encontraban vigentes las leyes 26.386/08 y 26.659/11 que condenan la pesca y la exploración y explotación de hidrocarburos en aguas de jurisdicción argentina.
[18] https://twitter.com/SantiagoCafiero/status/1631232900548132866?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1631232900548132866%7Ctwgr%5Eae412317812a94b21b160d7fc7158c13cbff5415%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.lanacion.com.ar%2Fpolitica%2Fmalvinas-santiago-cafiero-le-notifico-al-canciller-britanico-el-fin-del-acuerdo-foradori-duncan-nid02032023%2F