Los presentes sucesos son un compilado arbitrario y caótico de los tiempos que se vienen.
Hoy, en Geopolítica y Actualidad Nacional, escriben Marco Stiuso y Ariel Duarte.
1 | Un rebelde europeo
2 | El fichín de Kiev
3 | La agonía económica
4 | Otros 30 años
5 | Héroes digitales
1 | Un rebelde europeo
Se arma el baile en la Unión Europea. La asunción del húngaro Viktor Orbán a la presidencia rotatoria y sus últimas maniobras en materia de política exterior han generado el agite interno de la organización.
Las tensiones comenzaron con la gira diplomática de Orbán, apenas asumió la presidencia de la UE, en la cual visitó a Zelenski, Putin, Xi Jinping y Trump. Si bien no realizó ninguna de esas reuniones en representación de la Unión Europea, ni rompió ningún protocolo institucional, lo cierto es que sus visitas generaron mayor revuelo a partir de la asunción de su nueva investidura, lo que desató las críticas.
Ahora, la cuestión no pasa por su accionar como presidente rotatorio de la UE, sino por las medidas tomadas por el gobierno húngaro en materia de política exterior. Esta semana, Hungría anunció la flexibilización del ingreso de ciudadanos rusos y bielorrusos a su territorio, modificando las condiciones de visado.
El revuelo en el viejo continente comenzó con la denuncia del Partido Popular Europeo, que agrupa a la denominada “centroderecha” del parlamento europeo. Su presidente, Manfred Weber, envió una carta al Consejo Europeo, con la firma de 70 diputados, solicitando la apertura de un espacio de debate en la organización y afirmando que las medidas del gobierno húngaro “crean graves lagunas para las actividades de espionaje”.
La Comisión Europea decidió involucrarse en el asunto, y la Comisaria de Asuntos Internos, Ylva Johansson, solicitó justificaciones a Hungría, a la vez que declaró públicamente que se necesita “más, no menos vigilancia” ya que “facilitar el acceso a la UE a posibles espías y saboteadores rusos socavaría la seguridad” de la Unión.
Vale aclarar que la medida tomada por el gobierno húngaro no refiere a la creación de un nuevo régimen de inmigración, sino que esta política ya se aplicaba a solicitantes de Bosnia, Macedonia del Norte, Moldavia, Montenegro, Serbia y Ucrania. Ahora, se extenderían las mismas condiciones para Rusia y Bielorrusia, en medio del conflicto bélico.
Sin embargo, las tensiones generadas en el seno de la Unión Europea no se limitan a esta cuestión. En las últimas semanas, Viktor Orbán ha generado resquemores al vetar dos comunicados de la Unión Europea.
El primero de ellos no representaba ninguna sorpresa, sino que se trataba de una declaración anual que la Unión Europea viene publicando desde 2020, en referencia a la situación política de Bielorrusia y la condición de su presidente, Aleksandr Lukashenko, siguiendo las denuncias de fraude electoral. Este año, la decisión de Hungría impidió, por el momento, su publicación.
Este veto se suma a un hecho similar muy reciente. La voluntad del bloque europeo de realizar un comunicado sobre lo ocurrido en las elecciones presidenciales de Venezuela se encontró con el veto de Hungría, que más tarde accedió a firmar el comunicado, luego de dos rechazos.
En este contexto, desde el cuerpo ejecutivo de la Unión Europea se tomaron la licencia de dar un gesto simbólico. Tradicionalmente, las reuniones de ministros de Exteriores y Defensa se realizan en el país que preside el Consejo de la organización, que en este caso es Hungría. Sin embargo, este año, el responsable de la Política Exterior de la organización, Josep Borrell, decidió cambiar la sede a Bruselas. Aunque no tenga un impacto directo en la realidad geopolítica, este gesto puede verse como una pequeña respuesta o señal a Orbán.
Desde la vereda de enfrente, también hay reclamos. Recientemente, tanto Hungría como Eslovaquia han planteado frente a la Unión Europea una situación tensa que se explica por uno de los grandes factores del ordenamiento internacional: la energía.
El abastecimiento energético de Hungría y Eslovaquia depende, en cierta medida, de Rusia. En este sentido, el trayecto sur del oleoducto Druzhba, que transporta el petróleo extraído en Siberia hacia Ucrania, Eslovaquia, Hungría y República Checa, es fundamental.
A raíz de la Guerra de Ucrania, Kiev sancionó a la compañía petrolera rusa Lukoil, lo que derivó en la interrupción del flujo de crudo a través del oleoducto Druzhba, afectando directamente a Hungría y Eslovaquia, ya que es a través del territorio ucraniano que se garantiza el abastecimiento energético de ambos países.
Por este motivo, los países afectados solicitaron a la Comisión Europea su mediación con Ucrania para garantizar el suministro de petróleo. Sin embargo, desde Bruselas desestimaron la petición, afirmando que no existe riesgo inmediato en términos de seguridad energética.
Por último, y siendo conscientes de la cercanía de Orbán a Putin, cabe prestar atención a otro actor que puede ser fundamental para el reordenamiento internacional de los próximos años: Donald Trump. La reciente visita del presidente húngaro a la residencia de Mar-a-Lago no fue el primer acercamiento entre ambos. De hecho, ya en enero de 2022 Trump había mostrado su apoyo a Orbán calificandolo de “líder fuerte y respetado”.
Ahora, en su discurso de cierre de la Convención Nacional Republicana realizada este mes, el candidato a ocupar nuevamente la Casa Blanca volvió a elogiar al presidente húngaro, destacando su cualidad de “defensor de la democracia antiliberal” y resaltando su condición de “tipo muy duro”.
El tiempo dirá si se trata de un líder inteligente o de un simple osado. Lo que sí puede notarse, hoy en día, es que la figura de Viktor Orbán no sólo genera revuelo al interior de la Unión Europea, sino que comienza a erigirse como un actor internacional de relevancia.
2 | El fichín de Kiev
Desde febrero de 2022, la atención del mundo se volcó hacia la Guerra de Ucrania. El conflicto, que yacía latente desde la anexión de Crimea en 2014, estalló con el avance ruso sobre el territorio ucraniano.
A partir de allí, la historia fue fácil de explicar: se trató de una constante ofensiva rusa que, progresivamente, fue ganando terreno desde el este de Ucrania, tomando ciudades estratégicas, dañando infraestructura y afectando la provisión de energía del enemigo. En el bando contrario, la defensa ucraniana estaba signada por la ayuda que llegaba principalmente desde Europa Continental y Estados Unidos, pero siempre en forma de billetes o fierros, sin involucrar la propia sangre. Incluso, Zelenski tuvo que esperar meses y meses para recibir los prometidos F-16, que llegaron la semana pasada.
Sin embargo, esta semana la cosa cambió, aunque sea un poco. En un contraataque sorpresivo, las fuerzas ucranianas ingresaron por primera vez en territorio ruso, al extremo norte del frente de ataque. Desde allí, entraron en las regiones de Kursk y Bélgorod, y en una semana lograron asentarse y tomar el control de 28 localidades, a lo largo de 40 kilómetros y penetrando unos 12 kilómetros hacia el interior de Rusia.
Este avance fue admitido por el gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, que calificó la situación como “compleja”, ya que “no hay una línea clara en el frente, no hay comprensión de dónde se encuentran las unidades de combate”. Además, afirmó que el saldo de la contraofensiva hasta el momento es de “12 civiles muertos y 121 heridos”. Ante este escenario, el Kremlin decidió evacuar la región, desplazando a 121.000 personas, y se espera la evacuación de otras 60.000.
Por su parte, el gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, también encendió las alarmas, afirmando que las medidas de evacuación se están realizando “por la seguridad de la vida y la salud” de su población.
En este contexto, apareció la palabra de Putin. El presidente ruso realizó una reunión con ambos gobernadores y los ministros de defensa y seguridad. Evidenciando el golpe recibido por la contraofensiva ucraniana, Putin afirmó que ahora “la principal tarea del ministerio de defensa es, por supuesto, expulsar al enemigo de nuestros territorios”, dando una clara señal del cambio de escenario en la guerra.
Sin embargo, el mandatario del Kremlin afirmó que se trata de una acción cuyo objetivo es mejorar la posición de Kiev para la negociación de paz, aunque fue categórico en su respuesta a este análisis: “¿De qué negociación se puede hablar ahora? ¿De qué se puede hablar con ellos?” Parece que el nuevo frente abierto esta semana alargará aún más el conflicto.
Como venimos observando desde Repliegue, la energía juega un papel fundamental a la hora de comprender los conflictos de este tránsito hacia el nuevo orden internacional. El caso de Rusia y Ucrania es un claro ejemplo, como se volvió a evidenciar esta semana.
Al ingresar en la región de Kursk, las fuerzas ucranianas tomaron la ciudad de Sudzha y, con ella, el control de una importante estación de tránsito de gas natural que se encuentra cercana a la misma. Esto no sólo afecta el abastecimiento ruso, sino que involucra a otro país europeo en el conflicto.
El gobierno de Moldavia declaró la alerta energética por la interrupción operativa de la estación de Sudzha, ya que de ella depende parte del abastecimiento de su país. Aunque el ministro de Energía de Moldavia, Victor Parlicov, aseguró que no existe por el momento un riesgo inminente de corte de gas en el país, sí dejó en claro que se evalúa dicho escenario de continuar esta situación.
A esto, se le suma un hecho que alarmó a toda la región y, aunque por ahora no pasó a mayores, implicó un nuevo cruce entre Rusia y Ucrania por echarse culpas. Esta semana, se incendió una de las torres de refrigeración de la central nuclear más grande de Europa, ubicada en la localidad de Zaporiyia, que está bajo control ruso.
El hecho ocurrió durante la madrugada del pasado lunes y el fuego ya fue extinguido. Luego de eso, los indicadores de radioactividad del ambiente arrojaron datos normales. Incluso, la propia OIEA, el organismo internacional que regula la energía atómica, afirmó que el incendio no implicó un impacto en la seguridad nuclear. Sin embargo, como medida de seguridad, las seis unidades de la planta más importante del continente se encuentran detenidas.
Además, comenzaron las echadas de culpa entre las partes. Zelenski culpó al Kremlin por lo acontecido, con una fuerte denuncia: “hemos recibido información de que los ocupantes rusos han provocado un incendio en el territorio de la central nuclear de Zaporiyia”.
Por el contrario, tanto la empresa estatal de energía rusa Rosatom, como el gobernador de la región, Yevgeny Balitsky, aseguraron que el incendio se produjo por el impacto de dos drones ucranianos en el marco de un bombardeo a la ciudad de Energodar, donde se ubica la central nuclear. Esta información fue la misma que brindó la propia central nuclear a la OIEA.
Los hechos acontecidos, tanto en Zaporiyia como en Sudzha, durante esta semana, vuelven a poner a la energía en el centro de las decisiones geopolíticas y muestran, una vez más, el nivel de tensión y peligrosidad del conflicto en Europa.
3 | La agonía económica
La economía nacional resiste a uno de los peores experimentos que sufrió en democracia.
El actual esquema económico se obsesionó con bajar un sólo índice de toda la economía, la inflación, con el diagnóstico monocausal del déficit fiscal, todo a costa de destruir el aparato productivo argentino.
El principal problema que atraviesa es que la depresión económica, además de la destrucción del trabajo y del capital productivo, sumará el deterioro de los ingresos fiscales, que dependen principalmente de un mercado interno desplomado.
La merma en los ingresos tributarios lleva luego al quiebre del superávit, que ya en julio en términos financieros dio rojo. Si aquello que se desploma es la recaudación y no queda margen para mayores ajustes, al esquema anarcocapitalista le quedan dos caminos, en los cuales se arrodillará frente a los dos grandes sectores especulativos del poder que hoy intentan mojar la cuchara: los grupos financieros y la Sociedad Rural Argentina.
El camino financista será el de subir desde el Banco Central la tasa de interés, es decir, el precio del dinero, como mecanismo para realizar una absorción de los pesos de la economía y evitar que se vuelquen al dólar y con ello un nuevo aumento de la inflación.
El otro camino es el propuesto por los dueños de la tierra, una liberación inmediata del cepo y una megadevaluación, que optimice los ingresos fiscales y de divisas.
El problema de la primera salida es que luego deviene en un espiral de aumento de la tasa de interés que ya vivimos en los últimos años, donde el Banco Central cada vez debe ofrecer mayores tasas para seguir la absorción, o comenzar una emisión desenfrenada para pagar los intereses, lo cual podría devenir en más inflación.
El problema del segundo camino es más claro: si se devalúa en nuestro país, lo que viene luego es un aumento en todos los precios, que en menor o mayor medida están afectados por el dólar, en una economía donde la Secretaría de Comercio hace 10 años que abandonó el camino de hacer costos, lo cual deviene en la incapacidad del Estado de considerar si los aumentos proporcionales a una devaluación son justos.
En medio de todo este sinuoso camino, estamos los millones de compatriotas que debemos trabajar para procurar nuestro alimento y techo.
Estos son algunos de los datos que describen una economía que cuenta con todo lo necesario para industrializarse y ser potencia en Hispanoamérica, pero que asiste a un experimento anarcocapitalista obsesionado con destruir la Argentina.
- Inactividad en el 43% de las líneas de producción en plantas industriales. En el 80% de las empresas hubieron despidos, en el 90% recortes de horas extras, en el 65% adelantos de vacaciones (Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina, CSIRA).
- Un millón de trabajadores pasarán a pagar Impuesto a las Ganancias por la suba del mínimo no imponible, reglamentado con el Decreto 652 de este año.
- El sector textil tiene la mitad de la maquinaria parada, 41,4% de la capacidad instalada en funcionamiento. La producción de hilados de algodón cayó 14% y la de tejidos 26%, en los primeros 5 meses (Fundación Proteger).
- Se duplicaron las personas que perciben seguro de desempleo durante el primer semestre. La mayoría de las altas fueron de sectores de la construcción e industriales. 98.703 personas perdieron el empleo registrado. En los últimos 9 meses, se perdieron 156 mil puestos en el sector privado y 29 mil, en el sector público (INDEC y SIPA).
- 7 de cada 10 trabajadores empleados lo hacen en sectores ajenos a la industria (Argendata, Fundar).
- Durante Junio, la baja para la industria fue del 20,1% y del 35%, para la construcción. En el primer semestre, la producción de ladrillos cayó 32,7%, la fabril un -16,1%, bienes metálicos -31,2%; maquinaria y equipo -33,1%; minerales no metálicos -35,6%; vehículos automotores y autopartes -32,2%; equipos, aparatos e instrumentos una caída del 37,4%, alimentos y bebidas -8%; madera, papel, edición e impresión -24,2%; sustancias y productos químicos -12,3%; caucho y plástico -29,3%; muebles y colchones -36,3% (INDEC).
- El sector de la construcción ofrece una caída interanual, en junio, de 56,7% en sanitarios de cerámica; 55,9% en mosaicos graníticos y calcáreos; 54,7% en asfalto; 47% en pisos y revestimientos cerámicos; 45% hormigón elaborado; 44,6% en hierro redondo y aceros para la construcción; 32,8% cemento portland; 31,4% en placas de yeso, entre otras (INDEC).
- En los primeros 6 meses de 2024, hay 612.139 trabajadores menos aportando al régimen de Seguridad Social (Subsecretaría de Seguridad Social)
4 | Otros 30 años
La otra gran carta con la que intenta jugar el actual esquema económico para sobrevivir al desastre autogenerado, luego de heredar una economía devastada, apunta a obtener dólares frescos a partir de las privatizaciones, el RIGI, el blanqueo de capitales y la iniciativa privada en la obra pública.
Nuevamente, la ideología de la guita se impone y sólo se busca una mejora en las condiciones de vida a partir del ingreso de dinero, cuando el problema es la falta de trabajo e industrias que posibiliten el pleno empleo.
La estrategia es apresurada y la política se choca con los tiempos de la economía, que en términos de grandes inversiones requieren años para materializarse.
Por otro lado, el blanqueo apunta a obtener casi 50 mil millones de dólares, con el objetivo de poder devaluar sin que el ingreso de las divisas desplome el tipo de cambio. Ahora bien, un ingreso abrupto por blanqueo supone relegar la captación impositiva de esa exteriorización de capitales, por lo que los ingresos fiscales seguirán afectando las metas de superávit y de bajar la inflación.
La semana pasada, hablamos sobre el impulso de algunas privatizaciones en cartera. Esta semana, se sumaron novedades.
Luego de que, en el año 2023, vencieran las concesiones por varias represas hidroeléctricas fundamentales para nuestra matriz energética, el gobierno anterior decidió prorrogar las concesiones otorgadas en la década del 90 por otro año, para que el nuevo presidente decidiera sobre las mismas…
Habiendo triunfado el esquema anarcocapitalista, la decisión unilateral del gobierno es concesionarlas por otros 30 años.
Las represas a privatizar son: las de El Chocón-Arroyito, a cargo de la italiana ENEL; la de Cerros Colorados, en manos de Aconcagua Energía; Alicurá, que explota la norteamericana AES; y Piedra del Águila, que maneja Central Puerto.
En la reglamentación, se prevé otorgar un año para realizar el concurso y licitar las concesiones por otras tres décadas.
5 | Héroes digitales
El amor por la Patria y la solidaridad son elementos propios del ser argentino. La Causa Nacional es eje del trasvasamiento generacional y la Gesta del Atlántico Sur, su máxima expresión. Esto se manifiesta en todo tipo de espacios sociales e, incluso, en los desarrollos tecnológicos y de entretenimiento.
Durante las últimas semanas, se conocieron avances de dos proyectos que no sólo emocionan a quienes llevamos la celeste y blanca en la sangre, sino que también ofrecen una expresión más de patriotismo para las presentes y futuras generaciones.
Se trata de dos videojuegos que se están desarrollando en nuestro suelo, con el objetivo de enaltecer la Gesta de Malvinas y, con ello, el arrojo y la valentía de nuestros Héroes compatriotas.
El primero de ellos se titula “Malvinas: La última carta”, y está siendo desarrollado por El Burro Studio, a cargo de Hernán Patané, Lucas Reyes, Adrián Aquino y Emanuel Sánchez.
La trama del videojuego está inspirada en Ramón Garcés, un Héroe que con sólo 19 años derribó un avión Harrier pirata en el Atlántico Sur, sin más armas en la mano que una batería antiaérea y dos clases de pizarrón que le dieron sus superiores, según cuentan los relatos de nuestros compatriotas. El 37 de mayo de 1982, Garcés volteó la aeronave del comandante británico Bob Ivenson, en una de las grandes manifestaciones de la osadía, valentía y capacidad de nuestros soldados.
El propio Garcés fue parte del desarrollo del videojuego. Hernán Patané comentó que los miembros de El Burro Studio se acercaron al ex combatiente con el proyecto y lo entrevistaron, obteniendo “doce horas de material propio que queda como registro histórico”.
Para los desarrolladores, cuenta Patané, el proyecto “fue una manera distinta de presentar aquella gesta y recrearla con escenarios reales, siempre a manera de homenaje y reconocimiento a los soldados, con profundo respeto”. Además, relata cómo desde el inicio se buscaba la participación y aprobación de los propios protagonistas de nuestra Gesta Patriótica: “nuestra principal incógnita estaba planteada en cómo recepcionarían los combatientes que presentáramos un juego por todo lo serio que representó y representa la guerra de Malvinas. […] La respuesta fue excelente, nos pedían que lo hiciéramos, que lo esperaban”. Finalmente, compartió un mensaje propio de nuestros Héroes: “lo que en su gran mayoría destacaron los consultados fue que lo esencial es que el título Malvinas esté siempre en lo alto y en boca de todos, que no se intente invisibilizar bajo ningún concepto”.
Ahora, se espera el lanzamiento de “Malvinas: La última carta” en la tienda de Steam, la más grande del mundo.
El otro proyecto que nos llena de orgullo y patriotismo se llama “Héroes de Malvinas”, un videojuego desarrollado por David Pierucci. En este caso, la trama pasa por los principales enfrentamientos de la Guerra del Atlántico Sur, desde la Operación Rosario y el Hundimiento del General Belgrano hasta las batallas en cielo, agua y territorio insular.
El juego pone especial énfasis en el valor y la bravura de los Héroes, enalteciendo su servicio a la Patria contra todo discurso desmalvinizante y victimizador. El propio Pierucci relata que decidió desarrollarlo porque está “profundamente comprometido con cambiar la narrativa en torno a nuestros veteranos de Malvinas. Estoy cansado de ver cómo se les retrata de cobardes o de ‘pobres pibes’ cuando, en realidad, fueron héroes que enfrentaron condiciones extremas con valentía y sacrificio. Quiero que este juego sea un tributo a su coraje y una oportunidad para que el mundo conozca y aprecie su verdadera historia”.
“Héroes de Malvinas” estará, al igual que “Malvinas: La última carta”, disponible en la plataforma Steam. Ambos videojuegos nos muestran la llama viva del sentir nacional. Además, nuestro Pueblo ya cuenta con un antecedente similar.
A finales del siglo pasado, en el auge de las consolas de videojuego, Javier Otaegui, de por entonces 15 años de edad, comenzó a desarrollar un juego sobre la Causa Malvinas, donde pudiera plasmar un escenario de victoria bélica argentina.
Otaegui fundó el estudio Sabarasa Entertainment junto a otros desarrolladores y, finalmente, el juego salió a la venta en noviembre de 1999. Se titulaba “Malvinas 2032: Ya es tiempo de recuperar lo nuestro”. La novedad de contar con un videojuego profundamente patriótico y cargado de simbolismo llevó a que alcance más de 5.000 ventas, en el mercado de las consolas de entonces, poco difundido e ínfimo, por lo novedoso.
Así, Otaegui colocó la piedra fundacional de los futuros proyectos de contenido digital, plataformas y videojuegos que hasta nuestros días, y para la prosperidad, garantizarán el amor por nuestra Patria Bicontinental de generación en generación.