Los presentes sucesos son un compilado arbitrario y caótico de los tiempos que se vienen.
Hoy en Geopolítica y Actualidad Nacional escriben Marco Stiuso y Ariel Duarte.
1 | Los occidentales del medio oriente
2 | Atlántico Armado
3 | El consenso exportador
4 | La gran burbuja
5 | Hermandad Cartográfica
1 | Los occidentales del Medio Oriente
Mientras comienza, muy de a poco, a tomar vuelo la confrontación de primer orden en el Nuevo Mundo, explotan los conflictos intermedios del reordenamiento geopolítico de Occidente.
Algunas de estas escenas, que no son más que la Tercera Guerra Mundial en Cuotas que el Papa ya anunciaba en 2013, se recalentaron en las últimas semanas, con las declaraciones de Macrón y el revuelo en Europa tras la consolidación de las fuerzas rusas luego de la toma de Avdeevka, las tensiones en la región del Jordán por los ataques de Israel a la embajada iraní en Siria.
En los últimos días, esta escena fue la principal. Como respuesta a los bombazos a su embajada, donde fallecieron altos mandos del régimen persa, Irán atacó con drones el territorio israelí.
La particularidad de este ataque es que contó con previo aviso. A través de Suiza, se notificó tanto a Estados Unidos como a distintos países de la región, con el objetivo de evitar desmadres y mantener a los civiles al margen de la Guerra Santa.
La llamada “Cúpula de Hierro”, el sistema de defensa aérea israelí, logró interceptar la gran mayoría de los drones, pero finalmente varios de ellos penetraron el territorio, mostrando la capacidad de ataque de Irán a pesar de la tecnología de punta de Israel.
Este hecho evidencia lo que venimos comentando desde Repliegue: Irán marca los tiempos. Cuando el primo persa asoma, el Mundo enciende las alertas y comienza el baile de hashtags “WWIII”, notando el desentendimiento de la situación que Francisco ya se encargó de esclarecer una década atrás: La Tercera Guerra Mundial es por los puestos de trabajo y el sujeto de la historia son los pueblos.
Si volteamos la mirada más allá del sur del Jordán, encontramos otro escenario de esta semana, que quizás tenga aún mayor relevancia. A partir de los ataques hutíes a los buques y portacontenedores occidentales en el Mar Rojo, comenzaron a caer fichas de todos lados en el Golfo de Omán.
Primero, Gran Bretaña y EE.UU. intentaron una alianza occidental para una misión militar, que fracasó. Luego, avanzaron por su cuenta, llevando portaaviones y profundizando la presencia en las aguas del Medio Oriente.
Irán no se quedó atrás, y también puso su buque frente a las costas de Omán. Pasaron las semanas, el conflicto parecía estancarse, hasta que en estos días los persas sacaron pecho y capturaron un portacontenedores de una empresa del Grupo Zodiac, que pertenece a un multimillonario israelí.
El operativo se realizó a través de un helicóptero iraní que interceptó el portacontenedores y tomó su control. Junto con ello, secuestró la carga a bordo.
Cabe destacar que por el Golfo de Omán pasa una quinta parte de la producción mundial de petróleo. De nuevo, los conflictos fragmentados de esta Guerra Mundial tienen en común la presencia de las dos municiones que el mundo necesita: los alimentos y la energía.
Las reacciones de Occidente y del G7 marcan el cambio de era. En décadas pasadas, se podía dar por hecho que, en un conflicto en torno al Jordán, las potencias anglosajonas (y muchas otras naciones occidentales también) apoyarían de lleno a Israel, dada la centralidad de contar con un enclave estratégico en el corazón del petróleo mundial y el nexo entre las principales rutas comerciales.
Los años pasaron, y hoy la vuelta del interés nacional como eje de la toma de decisiones de las potencias cambia el escenario. Israel ya no es la frontera entre Occidente y Oriente. Tampoco es el límite entre la civilización y la barbarie. Occidente es mucho más que el esquema de despliegue geopolítico anglosajón.
Tras su reunión, en el marco del ataque iraní, el G7 realizó una declaración conjunta en la que pidió por “un alto el fuego inmediato y sostenible”. Incluso, el Tío Sam, histórico cuidador del Estado de Israel, le avisó a su primo sionista que no acompañará una contraofensiva.
Parecería ser que, en caso de decidir su participación en el conflicto, la Unión Europea, Estados Unidos y sus aliados se limitarían al tipo de intervención que sirve a sus intereses (o, por lo menos, a los de algunos de ellos): bloqueos comerciales y cercos logísticos.
El Jordán es una cuestión sagrada de los pueblos en pugna, pero el flujo comercial, energético y de alimentos del Mar Rojo es de interés global. Irán juega fuerte allí, mientras que en su ataque directo reinó la cautela y la prudencia.
El régimen persa sigue marcando los tiempos y Occidente pide prudencia a Netanyahu. Mientras, en la otra punta del mundo, el gobierno argentino conforma un “Comité de Crisis” para evaluar acciones alineadas con el régimen israelí. La sobreidologización de un gobierno que no comprende a la política internacional como un eje fundamental para el desarrollo del país intenta llevar a nuestra Patria a un conflicto ajeno al interés de nuestro Pueblo.
2 | Atlántico Armado
La cuestión del Atlántico Sur y nuestras Islas Malvinas requiere de seguimiento diario en la época que nos toca vivir. Desde el comienzo del 2024, el avance británico ha sido impresionante (Contexto Malvinas, Antártida y Atlántico Sur | V1.2024 – Repliegue), y los piratas pesqueros que llegan desde China, Corea del Sur y España se relamen con nuestros calamares y merluzas.
Profundizando el avance sobre el Atlántico Sur, esta semana nos bailaron en la cara. En Mercopress, el medio de los kelpers de nuestras Islas, se publicaron los ejercicios militares que los ingleses realizaron esta semana en tierra argentina.
La Corona envió un Batallón de Infantería a realizar ejercicios que incluyeron la utilización de un avión A400M, un Caza Typhoon y todo un sistema de defensa aérea.
Se intensifica la infraestructura y la presencia militar para asegurar el saqueo de los recursos y la proyección a la Antártida del pirata birtánico.
Mientras tanto, el Mar Argentino parece ser de todos menos de los argentinos. La exitosa temporada de pesca de calamares no solo fue motivo de celebración para China, Corea del Sur y España, sino que motivó a que estas naciones aumenten su financiamiento al saqueo de nuestras aguas.
Esta semana, España anunció inversiones de U$S 300 millones para modernizar la flota con la que vacían nuestros recursos a través de licencias piratas de Gran Bretaña.
El anuncio se realiza luego de que el astillero gallego Armón, ubicado en la región de Asturias, ponga en marcha un nuevo buque arrastrero congelador, listo para salir en busca de los calamares y las merluzas de nuestras aguas, sin respetar los ciclos reproductivos y llevándose todo por delante.
El buque, llamado Haddasa Bay, fue encargado por la empresa española Copemar, que en su propia web ofrece el fruto de nuestra plataforma bicontinental (Productos – Copemar). 2.500 toneladas, listas para visitar el Atlántico Sur de la mano de los kelpers.
De nuestro lado, nuestras Fuerzas Armadas recuperan oficialmente su capacidad supersónica luego de décadas. La visita del Ministro de Defensa y el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas a Dinamarca culminó con la oficialización de la compra de 24 aviones Caza F 16, con el soporte de Estados Unidos.
El proceso de compra iniciado hace ya años, que mostró el trabajo técnico en los requerimientos de nuestras Fuerzas y llevó a la propuesta final de los F 16 o la opción de los Caza chinos, finalizó con la voluntad política por avanzar con los aviones anglo-daneses.
Existen condiciones para tener en cuenta en escenarios hipotéticos de conflicto. Los códigos de actualización para el sistema de funcionamiento de los F 16 están en manos yankees. También, los británicos tomaron nota y comenzaron a simular enfrentamientos y movimientos de neutralización de F 16 provenientes de la Patagonia. Las imágenes de la simulación fueron compartidas por el UK Defence Journal, medio oficial de las fuerzas de la corona.
Vuelven las Naciones en Armas, y la militarización de nuestras aguas es una expresión más del proceso de transición hacia el Nuevo Mundo, donde Gran Bretaña quiere asegurarse el cordón logístico de norte a sur del océano. La cuestión del Atlántico Sur y nuestras Islas requiere de seguimiento diario en la época que nos toca vivir.
3 | El consenso exportador
La presentación del renovado proyecto Ley Bases ofrece una vieja propuesta que merodeaba el consenso liberal de las elecciones pasadas: la Argentina Exportadora.
El desarrollismo exportador había sido consagrado en el punto 29 del Anexo I del Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional anunciado el 03 de Marzo de 2022. Allí se especifican las políticas de «crecimiento y resiliencia» que ordenarán la economía argentina en adelante.
El acuerdo comprometía al país a un denominado «consenso exportador» que luego fue defendido por todos los candidatos a presidente de la primera vuelta. Pese a las diferencias entre los candidatos, todos coincidían en el punto 29, en tanto preveía la “Expansión de las exportaciones a través de incentivos para sectores estratégicos», como método para incrementar el ingreso de divisas y solventar el pago de la deuda con el organismo.
La gran definición estaba en cuáles se consideraban estratégicos para las autoridades argentinas y el FMI. Es decir, cuál suponía ser la estrategia productiva para que en el largo plazo se pudieran afrontar los compromisos con acreedores extranjeros. El punto 29 prevé cinco sectores en particular: los hidrocarburos, la minería, la agroindustria, la industria automotriz y la economía del conocimiento.
Todos estos sectores apuntan o bien a la primarización de la economía, o bien a que los únicos desarrollos industriales se inserten en alguna cadena de valor extranjera.
El gran drama del consenso exportador entre la clase política liberal y el Fondo Monetario está en el tipo de cambio. La llave de priorizar los sectores exportadores está en un dólar alto y competitivo, que en un mundo en guerra donde se encareció la logística, el transporte y la energía -insumos fundamentales del comercio internacional-, cada vez se hace más empinado.
El gobierno anarcocapitalista ilusionaba a los propios con su dolarización y la eliminación del Banco Central, aunque unos 100 días de comenzado el asunto terminó por claudicar ante los vientos exportadores que la Sociedad Rural Argentina, el consorcio de petroleras de Vaca Muerta y las compañías mineras promueven hace años.
El problema es la mala noticia de la devaluación. En tanto elevar el tipo de cambio siempre tiene olor a crisis, el gobierno optó por ofrecer mejores condiciones de exportar a las petroleras, mineras y terratenientes. Por otro lado, en los pasillos económicos la propuesta hacia la industria automotriz consiste en dedicarse al ensamblado y exportación de vehículos, así como la provisión de logística para el sector agropecuario y minero.
La sociedad exportadora tiene una característica muy particular: no todos entramos ahí. Se trata de la consolidación del país del Fernet, 70% del pueblo adentro, 30% de pobreza estructural librada al descarte. El modelo Brasil que pregonaban Melconian, Espert y Miguel Ángel Broda en aquella paradigmática conferencia de 2015.
En la nueva Ley Bases se establecieron diversas (des)regulaciones que benefician a los exportadores del punto 29 del acuerdo con el Fondo, y con eso se intenta evitar por un tiempo la devaluación que piden esos sectores.
En el caso de la energía, se establece que las petroleras podrán vender libremente el producido, salvo que la Secretaría de Energía lo objete dentro de los 30 días. A su vez, se elimina el abastecimiento o suministro en el mercado interno como objetivos de la producción de hidrocarburos.
Con el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones se busca a través de condiciones preferenciales priorizar a los grandes capitales extranjeros en el mercado exportador. Se les exime del Impuesto a las Ganancias en pagos a beneficiarios en el exterior o transporte internacional. Tampoco se les cobrarán los derechos de exportación a partir del segundo año de adhesión al régimen. Por último, se libera la posibilidad de importar y exportar bienes relacionados al proyecto de inversión.
La nueva Ley Bases ofrece la posibilidad de un esquema económico ya consensuado con el Fondo por el gobierno anterior, en el cual los únicos sectores que ganarán serán aquellos asociados a la captura de dólares por el comercio internacional, en un mundo en el cual, por el contrario, reflotan las cadenas cortas de valor y la relocalización de las industrias hacia los mercados regionales de esas manufacturas.
4 | La gran burbuja
Las grietas del esquema económico nacido hace 10 años ofrecen un nuevo capítulo de podredumbre en las cuentas públicas. Los desajustes de la economía se condensan del déficit gemelos de un Estado que gasta más de lo que recauda y consigue menos dólares de los que necesita para que la economía funcione. El gran agujero está en los millonarios pagos de deuda en pesos y en dólares que devoran el ahorro nacional.
A las cuentas del Estado le faltan pesos y le faltan dólares. Por un lado, se promueve el desahorro de los argentinos que venden su patrimonio para sobrevivir frente a precios más caros de los bienes de subsistencia. Los dólares también se financian con nueva deuda denominada Bopreal y estos nuevos bonos son comprados principalmente por los bancos a cambio de no irse al dólar. La nueva deuda implica emisiones de dinero para financiar importaciones y, para evitar el crecimiento de la base monetaria y posterior inflación, se retiran de la economía mediante otros múltiples mecanismos de deuda que también es comprada por la banca local.
De Lebac a Leliq, de Leliq a Pases, Bopreal y Bonos del Tesoro. Hablamos de los cientos de títulos de deuda que han promocionado desde el Banco Central y el Ministerio de Economía a lo largo de tanto tiempo, y cada mes nos coloca en un mayor riesgo de que un día se les ocurra a los bancos salirse de la timba y hacerse de la ganancia que promete el Estado Nacional.
La timba está a la luz de los rendimientos del mercado de capitales. Los ganadores de los primeros 100 días del gobierno anarcocapitalista, frente a la total parálisis de la economía, caída del consumo, ventas y alta inflación, los únicos rendimientos positivos están en los Bonos en dólares del Tesoro Nacional (casi 100% en dólares desde diciembre, algo irreal que no se consigue en ningún país del mundo) y las acciones de los bancos que los compraron.
El éxito de estos rendimientos es el principal argumento para aducir que no existe riesgo, aunque precisamente la desbordada suba por encima de la inflación y sin respaldo de negocios concretos son las alarmas que se encienden sobre una burbuja. El día que alguno de los jugadores quiera hacerse de la ganancia y pasar a dólar, esta historia de amor se terminó.
La burbuja de fondo es la misma. La plata se genera trabajando o especulando, y desde 2014 la solución a los problemas económicos pasa por conseguir dinero a cambio de la promesa de pagar intereses cada vez mayores y en menos tiempo, más que por hacer rentable proyectos industriales que garanticen el pleno empleo y el crecimiento económico.
Posteriormente, el dinero en dólares que se consigue prestado, implica nueva emisión de billetes en la economía que luego son absorbidos por la entidad monetaria a cambio de intereses y vencimientos. La lógica de estos mecanismos de deuda ahogan al deudor, que somos todos nosotros, así es que pasaron los vencimientos de 90 o 120 días (Lebac) a 1 mes (Leliq) y ahora a 1 día (Pases), con tasas de interés que ya en un año logran triplicar la cantidad de dinero circulante y depositado.
Todos los días estamos al borde de la corrida. Los Pases, que son las nuevas Leliqs, es la plata remunerada que otorga el Banco Central al sistema financiero a cambio de que éstas no vuelquen esa plata a la economía argentina. Lejos de promover el otorgamiento de créditos para la vivienda y la producción, el Banco Central le pide ese dinero a los bancos a cambio de pagarles intereses que en ninguna actividad económica podrían conseguir, y asegurados por la principal entidad monetaria capaz de imprimir dinero.
En la actualidad esta deuda en pesos del Banco Central con el sistema financiero, se firma como deuda a UN DÍA y con una tasa del 100% anual, tras lo cual se capitalizan y se suman a la bola de deuda.
El último informe monetario del Banco Central muestra una base monetaria de 11,8 billones de pesos (millones de millones), mientras que la deuda de pases a un día está en $34,1 billones. El dato dramático es que la deuda triplica la base monetaria, es decir, la plata asociada a la economía real, y cada año sólo de intereses se crean a este ritmo 3 nuevas bases monetarias por año, de una ficción de dinero sin respaldo alguno.
La otra contracara son las reservas internacionales que tiene el Banco Central en su activo, en tanto cualquier salida de los bancos de esa deuda probablemente iría hacia el dólar que luego el Banco Central deberá garantizar con su activo. A su vez es el cálculo que se hace para evaluar cualquier rescate que posibilite una dolarización. En este caso el asunto es peor, en tanto el rendimiento financiero de las reservas está atado en definitiva a la devaluación del peso, pues las reservas son en dólares, y el tipo de cambio avanza a un ritmo de 2% mensual frente al 8,3% mensual de la deuda en pesos. En cuanto a los montos, los pases remunerados alcanzan en dólares los 34 mil millones, frente a las reservas netas negativas que tiene el Banco Central (-2 mil millones).
El otro asunto que encumbra la gran burbuja de deuda es el acuerdo inicial celebrado entre el Ministerio de Economía y la banca local, a las cuales se les instó a comprar los títulos de deuda del Tesoro para financiar al gobierno, en vez de volcar el excedente de pesos producto de la baja de tasas a los préstamos al sector privado (familias y empresas).
Las entidades bancarias, por primera vez desde 1990, tienen más títulos de deuda pública que depósitos de las personas, los cuales cada vez se desvalorizan producto de la inflación y la caída de las ventas. El número es alarmante, las entidades bancarias tienen títulos de deuda por $54,5 billones, más de 5 veces la base monetaria de la economía real.
El objetivo inicial era que el riesgo de deuda no recayera sobre el Banco Central y pasara al Tesoro Nacional. El resultado que observamos es que ahora ambas entidades están en riesgo de una eventual corrida de las entidades financieras. Falta que una decida salirse del festival de deuda y hacerse de ganancias para que el resto huya.
El gran quilombo es que desde la administración anterior se les otorgaron en cada nuevo título de deuda lo que denominan “puts” u “opciones” que emitía al mismo tiempo el Banco Central. ¿En qué consisten estos “puts”? Son promesas por parte de la entidad monetaria que frente a cualquier decisión de los bancos de vender sus títulos y hacerse de las ganancias, la entidad les garantizará el dinero correspondiente.
5 | Hermandad cartográfica
La unidad sudamericana en torno al peligro que representa la injerencia europea en los años venideros es fundamental para el desarrollo de la región.
En nuestra región, instancia primera de vinculación internacional y desarrollo de la mancomunión con los pueblos hermanos, contamos con distintos escenarios de injerencia europea, directa o indirecta, en pos de la ruptura de la integridad territorial.
El primer caso de interés para nuestra Patria es el motor de nuestra Causa Nacional: el Atlántico Sur y el pirata británico en él, pero, también, crece cada vez más el interés francés en el Amazonas y la utilización de la Guayana Francesa como enclave colonial para la proyección hacia el pulmón del mundo.
Con ingleses en Malvinas y franceses en el Amazonas, Brasil y Argentina tienen por delante la invitación a estrechar lazos en materia de defensa. Anterior a ello, deben profundizar la concepción de un destino común en la construcción de una Sudamérica para sudamericanos. Esta semana, hemos tenido un guiño desde Brasilia.
El Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE), de histórica trayectoria y reconocimiento global, publicó un mapa planisferio con centro en Sudamérica que reconoce a las Malvinas como territorio Argentino, recibiendo el agradecimiento del gobierno de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Un pequeño gesto que, en una historia de injerencia anglosajona para dividir a los pueblos vecinos, parece una caricia a la Patria.