El topo y su buitre | Contexto semanal 07.24 V.2

Los presentes sucesos son un compilado arbitrario y caótico de los tiempos que se vienen.

Hoy en Geopolítica y Actualidad Nacional escriben Marco Stiuso y Ariel Duarte. 

1 | Europa se define

2 | Unión y liberación

3 | El relato del topo

4 | Deprimidos

5 | Puesta en valor


1 | Europa se define

Las tendencias del Nuevo Orden Internacional chocan en el Viejo Continente, y sus naciones deciden capitalizarlas o demorarlas, mientras el mundo marcha hacia su nueva configuración.

En Francia, las elecciones legislativas con la mayor participación desde hace 43 años mostraron cómo el “ganemos y después vemos” reinó en el “menosmalismo” de la población.

La sorpresiva victoria de la coalición formada por socialdemócratas, comunistas, ecologistas y trotskistas fragmentó el parlamento y movió el tablero político, que ahora se compone de tres partes centrales sin mayoría absoluta.

El Nuevo Frente Popular (la alianza que junta desde el progresismo socialdemócrata hasta los sectores anticapitalistas) se quedó con 180 bancas. La alianza que lidera Macrón pasó a ocupar 160 lugares, y Agrupación Nacional, el partido de Le Pen del cual se esperaba una victoria contundente, quedó tercero con un poco más de 140 bancas. En el parlamento francés, la mayoría se alcanza con 289 escaños.

Sin embargo, la principal impotencia política no está en la fragmentación del parlamento, sino en la que existe al interior de la coalición ganadora de las elecciones. Quien ocupó los escenarios protagonizó los dichos en nombre del Nuevo Frente Popular (NFP). Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, uno de los partidos miembros del NFP, afirmó que Macrón, luego de la elección, “tiene el poder y el deber de llamar a gobernar al NFP”, ya que “la voluntad del pueblo debe ser confirmada”, solicitando también la dimisión del primer ministro Gabriel Attal.

Lo paradójico es que, mientras Mélenchon parece estar acelerando a fondo, su coalición está lejos de encontrarse en condiciones de gobernar la segunda economía de Francia. Esto se evidencia con las propias declaraciones de los líderes de los partidos integrantes del NFP.

Marine Tondelier, presidente del Partido Verde, afirmó que van a gobernar, ya que “la esperanza no puede ser defraudada”. Sin embargo, confesó que el proceso “no va a ser sencillo, fácil ni cómodo”, y que conformar un nuevo gobierno “va a tomar un poco de tiempo”. Por su parte, el presidente del Partido Socialista, Olivier Faure, resaltó la necesidad de presentar un candidato “a lo largo de la semana” sea elegido “por consenso o por votación”.

En resumidas cuentas, el “ganemos y después vemos”, sin un plan de gobierno ni un equipo coordinado entre los partidos ha llevado a que la alianza de izquierdas sea la plataforma para que Mélenchon saque a relucir sus dichos y su figura. Mientras alienta “que le den el gobierno”, su propio espacio intenta bajarle los humos al reconocer su incapacidad para gobernar de inmediato.

De todas formas, Mélenchon tendrá que esperar, ya que el presidente Macron decidió rechazar la dimisión de su primer ministro, pidiéndole que mantenga el cargo para “garantizar la estabilidad del país” hasta la Asamblea Nacional que se realizará el 18 de julio para conformar el nuevo gobierno.

Por el lado de Agrupación Nacional, el fracaso inesperado llevó a una realidad totalmente distinta al panorama pensado, luego de las victorias en las elecciones para el parlamento europeo. De todas formas, la realidad indica que el partido de Le Pen pasó de 88 a 143 escaños en el parlamento. Además, cabe prestar atención a un hecho fundamental en un escenario de fragmentación e impotencia: Agrupación Nacional es el partido más votado de Francia, ya que tanto el espacio de Macrón como el de Mélenchon son alianzas para nada consolidadas. Es por eso que la propia Le Pen afirmó que la victoria de su partido sólo “se postergó” y que esta elección “pone los cimientos de la victoria futura”.

En Gran Bretaña, la cosa es distinta. Las elecciones de esta semana dieron como ganador al Partido Laborista, que al lograr el 46% de los votos, ocupa ahora 410 bancas en el parlamento, mientras los conservadores bajaron a 241 lugares. Al otro día de la confirmación de los resultados, asumió el nuevo primer ministro Keir Starmer.

Así, luego de 14 años de gobiernos conservadores, los laboristas no sólo vuelven al gobierno, sino que logran la mayoría absoluta en el parlamento.

La victoria laborista traerá, si seguimos los dichos de Starmer, cambios en la política de inmigración de Gran Bretaña, ya que eliminará el llamado “Plan Ruanda” por el cual se deporta a dicho país a los solicitantes de asilo que llegan como refugiados en botes desde el Canal de la Mancha.

En la política exterior del imperio pirata, se garantiza la continuidad. El nuevo gobierno apunta a seguir financiando y enviando apoyo militar a Zelenski para mantener activa la Guerra de Ucrania. Además, se seguirá apoyando al gobierno de Netanyahu, mientras el estrangulamiento al pueblo palestino no cesa y las tensiones al interior de Israel se intensifican con las manifestaciones de la comunidad ortodoxa en contra del gobierno de Netanyahu.

Por el contrario, uno de los principales fenómenos que se está cultivando en Gran Bretaña, y que comienza a tomar mayor protagonismo en la política interna, tiene como protagonista a Irlanda del Norte. La región ha confirmado su renacer nacionalista con una nueva victoria del Sinn Féin en las elecciones de esta semana, siendo por primera vez el partido mayoritario en la representación de Irlanda del Norte en el parlamento británico.

Así, se consolida el gobierno de Michelle O’Neill que en 2022 logró el nombramiento de primera jefa del gobierno autónomo. Ahora, tras una nueva victoria, los legisladores de Irlanda del Norte dieron un gesto simbólico de alta importancia: afirmaron que no presentarán juramento a la corona británica, por su vocación nacionalista de reunificar Irlanda.

Sin embargo, esto ocurre en simultáneo con la llegada de un nuevo gobierno laborista que en Irlanda del Norte se recibe “con optimismo” según el propio gobierno regional. La presidente del partido Sinn Fein, Mary Lou McDonald, afirmó que comparten con el primer ministro su “alegría de que el partido laborista esté de regreso en el gobierno de Londres”, y que la rápida visita de Starmer a la isla a unas horas de haber asumido fue “muy constructiva y amistosa”. Por eso, a pesar de la negativa a jurar lealtad a la corona, el gobierno irlandés buscará crear una mesa de diálogo fluído con Londres en mira al referéndum por la reunificación de Irlanda.


2 | Unión y liberación

Esta semana, las revoluciones nacionales del Sahel han avanzado con un hito hacia su consolidación.

En una cumbre tripartita, los mandatarios de Níger, Mali y Burkina Faso conformaron la nueva Confederación de Estados del Sahel, con lo que avanzan fuertemente en la integración de sus países en distintos planos.

Durante los últimos meses, la consolidación de los nuevos gobiernos militares se comenzó a dar en el plano estratégico con el aseguramiento de recursos naturales de alto valor y nuevos proyectos. En Mali, se anunció la construcción de la planta de energía solar más importante del África Occidental. En Níger, se puso en marcha el oleoducto que posibilita la exportación de petróleo vía Benín y se nacionalizó la mina de uranio más grande del país al interrumpir la concesión que tenía una corporación francesa. Burkina Faso comienza con la explotación de oro en un proyecto conjunto con participación estatal (Desolación en Tierra Santa | Contexto semanal 05.24 V.5 – Repliegue).

Sin embargo, el camino no es lineal. La subversión de los grupos armados, en su mayoría de naturaleza yihadista, amenaza el proceso revolucionario. Las rebeliones y los enfrentamientos de las fuerzas armadas del Sahel con estos grupos han sido moneda corriente de los últimos meses. Uno de los mayores ejemplos fue el sabotaje del llamado Frente Patriótico de Liberación al oleoducto que atraviesa Níger y Benín (Un circo para el payaso anarquista | Contexto semanal 06.24 V.2 (repliegue.com.ar)). Desde ambos lados, se sabe que la energía y la minería son dos claves del proceso de liberación, junto con el esquema de alianzas geopolíticas.

Con el anuncio de la creación de la Confederación de Estados del Sahel, los líderes se comprometieron a unificar criterios en materia de geopolítica; política monetaria; gestión de recursos y movilidad interna.

En este sentido, anunciaron la unificación de la política exterior; la creación de una moneda común para reemplazar el Franco CFA que estará atada a las reservas de minerales e hidrocarburos de los tres países; la libre circulación de personas, bienes y servicios en sus territorios; la gestión conjunta de recursos estratégicos y la creación de un Banco de Inversiones y un Fondo de Estabilización del Sahel. Sumado a todo ello, el presidente de Mali, Assimi Goitia, aseguró que las fuerzas armadas de los tres países “operan en total complementariedad frente a los ataques terroristas” del yihadismo.

Así, no solo se avanza en la conformación de un bloque con determinación y potencialidad por sus recursos. También, se consolida un espacio diferenciado de la CEDEAO, la Comunidad de Estados de África Occidental que marcó la dinámica económica y política de la región en los últimos tiempos, en paralelo con la influencia francesa en la misma. 

Fue la propia CEDEAO la que impuso sanciones económicas a Níger tras el golpe de estado e incluso se debatió la posibilidad de intervenir militarmente el Sahel, cosa que fue descartada luego de amagues y amenazas falsas. Hoy en día, las tendencias nacionalistas del Nuevo Orden Internacional llegan incluso al interior de la CEDEAO, con el cambio de gobierno en Senegal y los guiños a la hoy Confederación de Estados del Sahel.

Mientras tanto, los tres países que conforman el nuevo bloque continúan con su proceso de nacionalización. Esta semana, Níger le quitó la concesión a la compañía canadiense GoviEx y recuperó la segunda mina de uranio del país. Esta se suma a la ya nacionalizada mina que estaba en manos de la compañía francesa Orano. Ahora, el gobierno militar llamará a nuevas licitaciones abiertas, con una condición fija: 51% en manos del estado. Asimismo, esta semana se completó el retiro de las tropas estadounidenses que se venía dando paulatinamente tras la solicitud de Níger y el ok de Washington, y el gobierno africano recuperó el control de una base aérea ubicada en la capital del país, que estaba bajo dominio yankee. 

Por su parte, Mali le dijo chau a la ONU. Esta semana, el gobierno puso fin a la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA), iniciada en 2013, que tenía como objetivo “estabilizar el país” en su proceso de transición poniendo el foco en “garantizar la seguridad, estabilización y protección de los civiles; apoyando al diálogo nacional sobre política y reconciliación; y prestando apoyo al restablecimiento de la autoridad del Estado en todo el país, la reconstrucción del sector de la seguridad, la promoción y protección de los derechos humanos”. Luego de 10 años sin mayores logros, y del involucramiento de 15.000 soldados de distintos países, la organización rectora del hoy esquema internacional se despide del Sahel. Se consolida la nueva era.


3 | El relato del topo

El primer magistrado y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, también denominado Presidente, se autodefinió como el topo que destruye el Estado Nacional desde adentro. 

Su gesta fue iniciada sin gente, sin equipos técnicos, sin plan y sin plata. Todo giró en torno a dos financistas y timberos, ex socios de la misma consultora, que fueron nombrados como Ministro de Economía y Presidente del Banco Central, con la misión de conseguir plata para que algo funcione hasta llegar a las elecciones de medio término. 

En medio de eso, se compró un improvisado plan de desregulación y desguace estatal que era propio de otra de las candidaturas presidenciales con las que se había enfrentado. Al autor de las reformas ahora se lo nombró como Ministro de la Destrucción del Estado desde adentro: Ministro de Desregulación y Transformación del Estado. 

Mientras se negociaba la aprobación de la Ley Bases bajo el precio de dejar menos del 30% del proyecto original, el gobierno avanzó en las gestiones para su primera privatización: IMPSA.

Hablamos de una multinacional proveedora de insumos energéticos, servicios industriales y hasta inteligencia artificial, una de las joyas de la industria de industrias de nuestro país, con clientes y plantas en diferentes puntos del continente. 

El día jueves 11 se buscará anunciar en un acto junto al gobernador mendocino el ingreso de un inversor privado para capitalizar la compañía y comprar las acciones estatales. De todos modos, con anterioridad se realizará un proceso de «due diligence» a fin de que otros inversores puedan ofrecerse para participar. El proceso durará ‘90 días entre las presentaciones y la etapa de mejoramiento de la oferta.

Las acciones que comprarán los capitales privados son Clase C, las que posee el Estado tanto Nacional como el de la Provincia de Mendoza. El actual presidente de la compañía que designó el nuevo gobierno fue Horacio Aldo Chighizola, fue vicecanciller del gobierno de Fernando De La Rúa, presidente del Banco Ciudad y secretario de Estrategia y Asuntos Militares en la etapa de Mauricio Macri hasta marzo de 2019, contemporáneo al hundimiento del ARA San Juan. 

IMPSA se encuentra en la actualidad en un gran momento de su actividad, con contratos por 240 millones de dólares, en proyectos como el hidrógeno verde, grúas portuarias y  provisión de equipamiento portuario para Estados Unidos, en reemplazo de China. También produce turbinas, generadores y equipos para represas hidroeléctricas, aerogeneradores para parques eólicos, construcción y operación de parques solares, reactores para destilerías, inteligencia artificial para procesos biológicos y equipamiento pesado para centrales nucleares. 

El derrotero privatista de IMPSA tiene larga data, en tanto la compañía fue rehén de las políticas neoliberales de los últimos 50 años, y en 2021 fue recuperada luego de la asistencia estatal del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo por deudas acumuladas durante el gobierno anterior. El Estado Nacional posee el 63,7% de las acciones, bajo la órbita de la Secretaría de Industria del Ministerio de Economía, el 21,2% en manos de la Provincia de Mendoza y lo restante en manos privadas, de las cuales 5,3% es de un fideicomiso controlado por los accionistas y fundadores de la empresa, y el 9,8% son un consorcio de sus principales acreedores. 

La empresa fundada en 1907 exporta el 85% de la producción, cuenta con 750 trabajadores y una cadena de 100 pequeñas y medianas empresas que giran en su órbita. Con presencia en 40 países, participa en la generación de 50 mil megavatios a escala global y pertenece a una de las cuatro empresas mundiales dedicadas a la alta tecnología para el sector energético. 

El remate de IMPSA es lógico para el topo destructor, en tanto es una empresa fácil de capitalizar producto de su potencial industrial para el mundo que viene. Por el contrario, en el resto de las empresas se abrió una etapa denominada de «saneamiento», en la cual buscarán limpiarlas de trabajadores, pasar las deudas al Tesoro Nacional y venderlas a los privados en medio del nuevo blanqueo de capitales y el RIGI. 

El otro gran vector del Topo destructor es el de la planta de empleados públicos, una aventura discursiva que pocos resultados puede aportar a la realidad del sector. 

En una primera aproximación radiográfica de los empleados relacionados al sector público, lo primero que es necesario aclarar es la diversidad de los números que componen las cifras que muchas veces se comparten en medios públicos. El grueso de los trabajadores no son de Planta permanente, sino personal precarizado mediante diversos contratos de locación, temporarios o tercerizados mediante programas entre organismos, universidades y otras instituciones.

Como la batalla cultural pasó de la izquierda a la derecha, el relato sigue siendo más importante que la realidad para las políticas públicas. En este sentido es que el gobierno anuncia como un logro haber dado de baja 21.700 empleados públicos a junio de 2024. Sin embargo, la totalidad de empleados del sector ascienden a 4 millones de personas, cuando en 2005 eran 2,5 millones. Lo notorio es que en 2005 los asalariados del sector privado formal llegaban a 6 millones, mientras que hoy llegan a 6,3 millones. 

Del gran universo del sector público, sólo tiene jurisdicción el Estado nacional sobre 792.405 personas, los restantes dependen de las provincias y municipios. Entre esos casi 800 mil, es necesario distinguir entre quienes pertenecen al resto de los poderes del Estado, siendo que la Administración Pública Nacional alcanzaba en diciembre de 2023 a 236 mil personas, sobre las cuales aplicó la motosierra de los despidos. 

El relato se impone sobre dos mentiras: que se aplica una motosierra sobre empleados públicos y, por otra parte, que la misma implica un ahorro fiscal para los argentinos. Los números demuestran que el topo se encuentra muy limitado en poder aplicar una transformación cuantitativa de los trabajadores del sector público, y por otro lado los recortes implican en términos cualitativos un ahorro en las arcas, que no llegan ni a la décima de un punto del Producto Bruto Interno. 

Sin embargo, las consecuencias sociales de la irresponsable política de despidos es dramática, hablamos de veinte mil familias que debieron resolver de un día para el otro cómo procurar sus ingresos, no habiendo sido funcionarios ni ñoquis, sino víctimas del capricho del nuevo relato. Lo más relevante, a su vez, es que los nuevos desocupados se dan en un contexto de depresión económica, donde nadie vende, nadie produce, nadie consume y todos buscan cómo achicar o hacer las valijas. 


4 | Deprimentes

La depresión económica ataja tanto a trabajadores como empresarios. 

Por el lado del trabajo, más allá del aumento de la desocupación, según un reciente informe de la consultora Centroperiferia, se observó un deterioro del poder de compra del salario promedio de convenios colectivos de 7,7% en lo que va del año, sumado al deterioro que venía asistiendo en la economía nacional desde hace 10 años. 

En otro informe del Centro RA de Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, se mostró como al menos el 35% de los trabajadores formales se encuentran bajo la línea de pobreza, siendo obligados a acudir en procura de otros trabajos o emprendimientos para los fines de semana. Así también se informó que existieron 1.088.000 de personas que se quedaron sin trabajo.

Por el lado de la actividad, en mayo hubo una caída de la actividad industrial del 14,8% interanual, de 16 divisiones manufactureras, 15 cayeron. Diversas compañías industriales debieron suspender su producción, tales como Acindar, Toyota, Renault, Nissan, General Motors, Fiat o Ferrum, y otras cerraron como Poxipol. En la obra pública, la pérdida de puestos de trabajo llegó a 100 mil, mientras que en los metalúrgicos fue de 12 mil, con proyección de triplicarse en los próximos dos meses. 

Pese a los anuncios liberales eternos de «volver al mundo», desde el comienzo de la era anarcocapitalista ya 8 multinacionales hicieron sus valijas para irse de nuestro país. 

El caso de P&G fue la novedad de la última semana, que cerró la venta de sus activos al grupo Newsan. Hace poco hizo lo mismo Clorox, dueña de las marcas Poett, Trenet o Ayudín, que vendió su actividad local al fondo Apex Capital. 

También fue noticia en el sector bancario el retiro del coloso HSBC, que se desprendió de su negocio en el Cono Sur y vendió al Banco Galicia por 550 millones de dólares su operación en Argentina, incluyendo el banco, los fondos de inversión y seguros. 

El sector agropecuario tuvo como protagonista a la canadiense Nutrien, que decidió dejar su negocio en el país para priorizar su actividad en Brasil y se dedicaba a la producción de insumos como potasio, nitrógeno, fosfato y la fábrica de urea granulada Profertil. 

En el campo energético, ExxonMobil también decidió vender sus áreas y participación en Vaca Muerta. De igual modo, lo anunció también Enap, la compañía energética chilena.

El otro caso fue el de la multinacional Xerox, del sector tecnológico, que vendió sus operaciones en Argentina y Chile al grupo Datco.

La depresión económica convive con otro fenómeno ya de escala global, relacionado al nuevo orden internacional de Naciones en Armas. 

En el campo de la economía, se comenzaron a reemplazar las cadenas largas de comercio por cadenas cortas, con ello se busca integrar la producción y la distribución de la mercadería dentro de una misma región, debido al aumento del costo logístico que comenzó a raíz de la pandemia, las guerras y los saboteos en las principales rutas marítimas. De tal modo, las multinacionales optan por desprenderse de sus activos en zonas lejanas a sus principales centros, vendiendo a operadores locales sus históricas actividades desplegadas durante la globalización.  


5 | Puesta en valor

Luego de décadas, nuestras Fuerzas Armadas volvieron a ser puestas en valor de frente al Pueblo Argentino, en el desfile militar del 9 de julio.

Decenas de aviones, tanques medianos, blindados, vehículos del Ejército y la Marina y casi 7.000 compatriotas de las tres Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad mostraron sus capacidades y servicio a la Nación.

Los históricos Hércules C-130, protagonistas de la gran Gesta de Malvinas, sobrevolaron la Capital Federal junto a un escuadrón de helicópteros, mientras los TAM 2C, los M113 y la Fanfarria Alto Perú de los Granaderos a Caballo, entre tantos otros, emocionaba al Pueblo. Párrafo aparte merecen nuestros Héroes de Malvinas, que participaron también del desfile. 

A 208 años de aquella patriótica jornada de 1816, nuestra Patria sigue demostrando, a pesar de los embates, todo su vigor y arrojo.

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