Los presentes sucesos son un compilado arbitrario y caótico de los tiempos que se vienen.
Hoy en Geopolítica y Actualidad Nacional escriben Marco Stiuso y Ariel Duarte.
1 | La mesa chica
2 | El topo chileno
3 | Planificar la hecatombe
4 | Otra baja para la industria
5 | La Patria en la extensión
1 | La mesa chica
La época que transitamos, en términos geopolíticos, no es más que un momento de transición entre el fin del Globalismo Liberal y un Nuevo Orden Internacional signado por nuevas tendencias hacia los vectores nacionales, con reacciones contra los efectos del globalismo y foco en la defensa del trabajo y la producción.
Con la caída del muro de Berlín, la visión unipolar a medida de Washington tuvo su momento de esparcimiento global, unificando los criterios básicos del desenvolvimiento económico e igualando al Ser Humano.
La convergencia económica se desarrollaba en dos ejes políticos distintos: el neoliberalismo y la socialdemocracia. Con ambos brazos, el globalismo abrazaba desde la izquierda y desde la derecha por igual. Sólo era cuestión de matices en los modelos económicos y diferencias en el plano social, con algún otro condimento.
Lo novedoso para la historia fue que el fin de este modelo comenzó en el corazón de su creador. El propio Estados Unidos, promotor y diseñador del mundo globalizado, fue cuna de su destrucción; Donald Trump, el protagonista de ella.
Tal fue el giro histórico de la Administración Trump, que el gobierno de Biden significó, en el plano internacional, un cambio de ritmos y formas, pero continuó su confrontación geopolítica principal con China y la defensa de la industria nacional. El punto clave, sin embargo, fue el vínculo con Rusia.
Eso es lo que evidenció el debate presidencial entre ambos de esta semana. Cara a cara, Trump y Biden discutieron en el marco de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde se definirá si la Administración Biden fue sólo un paréntesis de tensiones en el inicio de un Nuevo Orden Internacional impulsado por Trump.
Las discusiones estuvieron atravesadas por el abordaje de la pandemia, la inmigración, el aborto y la estructura impositiva, peleandose por quién generó más trabajo. En términos discursivos, se notó una leve diferencia entre el sustento de Biden en valores universales y la postura de Trump arraigada en el interés nacional. Pareciera que se trata de un nacionalista del Nuevo Orden contra un Globalista del viejo mundo, pero en las dos cuestiones fundamentales hay consenso: se trata de defender el trabajo y la producción nacional, y el principal enemigo para ello es Pekín. El punto principal del debate es de qué lado de la mecha se ubicará Putin.
En cuestiones sobre los modos y los tiempos, lo ocurrido en Afganistán y la Guerra por el Jordán tomaron la escena. “Soy el único presidente de este siglo que no tiene tropas por el mundo como tenía Trump” dijo Biden, a lo que Trump contestó que “estaba saliendo de Afganistán pero con fortaleza y poder. Luego de eso, ya no somos respetados en el mundo”.
En relación al estrangulamiento de Israel hacia el pueblo palestino luego del atentado terrorista de Hamás, Biden afirmó que la organización islámica “debe ser eliminada y está muy debilitada” pero que “hay que tener cuidado con el uso de ciertas armas en los centros de población”, dando otra muestra sutil de las dudas de Washington a la hora de bancar a Netanyahu, que poco a poco parece aislarse más de sus históricos aliados. Por su parte, Trump expuso que es el régimen de Israel el que “quiere avanzar”, pero dijo que se podría “dejar que Israel termine su trabajo”, algo que Biden “no quiere” porque “se está convirtiendo en un palestino”. Finalmente, Trump esquivó responder sobre un hipotético apoyo a la lógica solución de los dos Estados y afirmó que Israel «nunca hubiera sido invadido por Hamás porque Irán estaba quebrado [en su gestión], no tenía dinero. Por eso no hubo terrorismo en mi administración, ahora el mundo entero está explotando».
Yendo al debate central, la Guerra de Ucrania mostró la principal contradicción entre los candidatos. En este caso, no se trata de la elección entre mantener o retirar la injerencia propia (como en Afganistán) o de definir qué tipo de apoyo se le dará a un Estado en una lucha ajena (como en Israel). Aquí se trata de la estructura del Nuevo Orden Internacional. El vínculo entre Washington y el Kremlin definirá en gran parte la organización del poder en el tablero internacional.
Trump, el hombre que supo acercarse a Putin e incluso a Kim Jong-un, tiene en claro que el poderío militar y energético de Rusia es el que lo lleva a conformar la mesa chica del mundo, mientras el problema con China se resuelve de otra manera. También hace alarde de su capacidad personal para llevar este vínculo: “Putin no hubiera invadido Ucrania si hubiésemos tenido un presidente respetable […] vio la incompetencia en lo ocurrido en Afganistán, el momento más vergonzoso de nuestra historia».
Luego, vinculó un tema central de su gestión: el desfinanciamiento a la arquitectura institucional del globalismo y a los conflictos ajenos al centro del interés nacional. La salida del Acuerdo de París, la ruptura del NAFTA, el desfinanciamiento y la crítica a la OTAN fueron casos explícitos del cambio de Orden Global, ya que eran estas organizaciones (entre tantas otras) las que que supieron sustentar la globalización política e ideológica del Consenso de Washington.
En el marco del debate sobre la Guerra de Ucrania y el vínculo con Rusia, Trump no sólo apuntó a la OTAN, sino que criticó la ayuda directa a Zelenski: “Biden dio 200.000 millones de dólares a Ucrania. […] Cada vez que Zelenski viene a nuestro país se vuelve con 60 mil millones de dólares. ¿Acaso es el mejor vendedor de todos los tiempos? […] Los países de la UE gastaron, en conjunto, 100.000 millones de dólares menos que nosotros, y nos separa un océano”. Profundizando su postura, desafió a Biden a imitar lo que él demostró en su mandato: “¿Por qué no los llamas y les dices que pongan su parte, como yo hice con la OTAN? […] Biden puede jugar con la OTAN porque yo les hice poner millones de dólares”.
Cerrando el tema, Trump aseguró llevar a cabo lo que sería un hecho fundacional del Nuevo Orden Internacional: “Como presidente electo, antes de asumir, hago que la situación se resuelva entre Putin y Zelenski”. Si esto ocurre, se resolvería gran parte de la transición hacia el nuevo esquema internacional y llevaría a un reordenamiento geopolítico claro. Sin embargo, Trump afirmó que los términos que plantea actualmente Putin para el armisticio no son aceptables.
Por el contrario, Biden afirmó que Trump “animó a Putin a que haga lo que quiera” y defendió la lucha contra Rusia afirmando que “Putin es un criminal de guerra y quiere restaurar la URSS” y resaltando que “cuando entró a la guerra, supuestamente iba a durar cinco días”.
El debate presidencial se decoró con cuestiones de otra índole como el sistema de seguridad social, el aborto, la inmigración, el sistema democrático, el racismo y el cambio climático.
Al final del debate, se evidenció que la confrontación con China es una cuestión de interés nacional, que lleva a una convergencia de las posturas geopolíticas. Las discusiones sobre el déficit comercial con el gigante asiático no pusieron el peligro la continuidad de las medidas arancelarias que expresan la voluntad de defender la industria estadounidense. Trump se galardonó de “salvar la industria metalúrgica” del acero chino que hoy amenaza a Latinoamérica.
El final del debate ratificó la centralidad que la geopolítica tiene en estos años decisivos para el Nuevo Orden Internacional. Para Trump, la explosión de la Tercera Guerra Mundial “está más cerca de lo que cualquiera imagina” y esto se debe, en gran parte, a que Putin, Kim Jong-un y Xi Jinping no respetan a Biden. Por el contrario, el demócrata cree que la Tercera Guerra Mundial estallará si “siguen dejando que Putin haga lo que quiera” a lo que Trump respondió que “Rusia avanzó sobre territorios durante los mandatos de Bush, Obama y Biden”, mientras que con él no avanzó nada por que Putin sabe que «no puede jugar” con él. “Me llevé muy bien con él pero él sabía que no podía jugar […] Es una guerra que jamás hubiera empezado conmigo”. Como broche de oro, afirmó que de seguir este conflicto “Putin va a quedarse con Ucrania”.
Mientras el mensaje final de Biden se enfocó en la inflación y el sistema impositivo, Trump ratificó la importancia de su figura para el reordenamiento del mundo.
La situación está clara: la gran definición del Nuevo Orden Internacional es con Putin. China es el enemigo y Europa gestiona su declive.
2 | El topo chileno
Fiel a su estructura de pensamiento, el anarcocapitalismo lleva intrínseco el descreimiento total de las Naciones, los pueblos y el concepto de Patria. Todo se reduce al vínculo entre las personas, por lo cual la idea de Nación resulta irrelevante y las fronteras no tienen razón de ser. El pasado común no otorga trascendencia, destino ni sentido a la vida, y ser compatriota no significa nada.
Bajo este esquema de razonamiento es que, en estas semanas, el gobierno nacional decidió la designación de un chileno como viceministro de economía. Se trata de José Luis Daza.
Si bien es nacido en Argentina, su infancia y formación transcurrió del otro lado de la cordillera. Su padre, diplomático chileno y miembro de la Masonería, fue fundador de Renovación Nacional, partido chileno del denominado conservadurismo liberal. Durante la dictadura de Pinochet fue embajador en países sudamericanos (incluída Argentina), la OEA y la ONU.
José Luis Daza está radicado en Nueva York desde hace décadas, donde aprendió de la mejor timba financiera. Después de haberse recibido en la Universidad de Chile y de hacer un doctorado en Washington, trabajó en el Banco Central de Chile en Asia, en el BID y fue empleado de alto rango de JP Morgan Chase y Deutsche Bank. Ahí fue donde conoció a su amigo y próximo jefe, si así se puede decir: Toto Caputo.
Daza y Caputo compartieron más de diez años de trayectoria profesional en dos de los principales grupos financieros del mundo. La cercanía del chileno con el ministro de economía de nuestro país lo llevó a ser su “asesor secreto”, según reveló el diario chileno La Tercera en el mes de junio, avizorando la formalidad de los vínculos que se dió esta semana: «Si bien no conoce a Javier Milei en persona, tanto en Chile como en Argentina las versiones apuntan a que Daza ha estado colaborando silenciosamente con el equipo económico argentino durante los últimos meses y no descartan que ese vínculo, que hasta ahora ha sido informal, pueda ir a más”.
El hecho grave de esta noticia no está en la designación de Daza ni en su perfil profesional. La gravedad está en que, hace menos de tres años, el chileno formaba parte del equipo económico de José Antonio Kast, el candidato a presidente que pretende “rediscutir la Patagonia”.
El 25 de noviembre de 2021, en plena campaña electoral, Katz presentó su equipo económico de cara a las elecciones presidenciales. Allí figuraba quien ahora ocupará la segunda silla del ministerio de economía. En esa misma campaña, el candidato a presidente twitteó: «Argentina ya nos ha robado suficiente territorio a los chilenos. Espero que el Gobierno se ponga firme frente a los delirios expansionistas de la izquierda radical argentina».
La voluntad de Katz de disputar nuestra Patagonia no merecería mayor atención de no ser por dos datos fundamentales. En primer lugar, Katz logró el 45% de votos en las elecciones de 2021, y podríamos decir que Boric no ha logrado consolidar su imagen más allá de su electorado propio, por lo cual la propuesta de Katz continúa siendo altamente competitiva para la política chilena. En segundo lugar, Chile no está solo: lo banca Gran Bretaña.
Ya en 2022, de manera no oficial, Boric y Jhonson acordaron profundizar la cooperación en materia de defensa. En diciembre del año pasado, se firmó el Acuerdo de Cooperación Antártica entre los dos países por el período 2023-2028. En noviembre de 2023, el subsecretario de defensa chileno Ricardo Montero viajó a Gran Bretaña y firmó el Plan de Cooperación Bilateral 2024-2025 que, según la propia subsecretaría de defensa chilena, aborda iniciativas en materia de defensa y cooperación antártica. Antártida, Atlántico Sur y Patagonia son parte de la misma causa.
Los conflictos con Chile en este siglo no se limitan a las amenazas de campaña ni a las disputas marítimas. En su libro de memorias, el ex presidente chileno Ricardo Lagos contó que, durante su mandato, amenazó al presidente argentino Néstor Kirchner con invadir la Argentina a raíz de la interrupción de nuestro país en el suministro de gas natural, debido a la decisión del entonces secretario de comercio Guillermo Moreno ante el déficit en el mercado local. El conflicto se inició con la firma de la resolución 265/2004, por medio de la cual el secretario de energía Daniel Cameron, siguiendo al secretario de comercio,limitó las exportaciones de gas natural a los países limítrofes en la medida en que no se garantice el abastecimiento interno.
Cuando se decidió que el gas argentino sea primero para los argentinos, los chilenos amagaron con entrar en nuestra Patria. “Le dije [a Néstor Kirchner] que el día en que las casas no tuvieran gas, me vería obligado a declararle la guerra a su país”, confesó Lagos en su libro.
Volviendo a la actualidad, el gran dato de este evento histórico que casi lleva a la declaración de guerra por parte de los vecinos del oeste es que José Luis Daza también participó del gobierno progresista de Ricardo Lagos, asesorando a su ministro de hacienda Nicolás Eyzaguirre. Así, se evidencia una vez más que, a la hora de arremeter contra el interés nacional, la izquierda y la derecha son sólo dos brazos de la injerencia foránea.
En síntesis, el anarcocapitalismo y la admiración por los esquemas anglosajones llevan a que José Luis Daza, ex asesor de quien amenazó con invadir nuestro país y de quien busca disputarnos la Patagonia y a su vez gerente de las corporaciones financieras globalistas, tenga hoy acceso a información de Estado. Nadie más contento que el Estado Mayor de Defensa de Chile. El topo que quiere destruir el estado argentino desde adentro encuentra a su mejor socio: el topo chileno con respaldo anglosajón.
Para colmo, el anuncio de la incorporación del chileno al gobierno argentino se da en simultáneo con el anuncio del arribo de Sturzenegger, quien diseñó el DNU 70/30 y ahora prepara la llamada “Ley de Hojarascas”, que busca “una limpieza del sistema jurídico argentino” y una “desburocratización” de la economía, según el vocero presidencial. Las tensiones entre Caputo y Sturzenegger se verán profundizadas con el fichaje de Daza.
Ya no se trata sólo de modelos de timba y renta primaria al servicio del interés extranjero. Ahora se trata de injerencia directa de agentes foráneos en el núcleo duro del gobierno de nuestra Nación, con acceso a información clave para la seguridad de nuestra Patria.
3 | Planificar la hecatombe
Cuando el Presidente debió explicar qué iba a suceder con la economía nacional luego del ajuste del primer semestre y la aprobación de la Ley Bases, utilizó una metáfora bastante certera: «Va a subir como pedo de buzo». El vaticinio se cumplió, aunque dicho de otro modo: la Ley Bases fue «un pedo en el océano».
La importancia para el gobierno de la Ley Bases iba más por buscar una aprobación a toda costa para evitar una corrida hacia el dólar, que por la aprobación de los capítulos tijereteados que traía consigo.
Días después de la confirmación en Diputados, la víscera más sensible de los especuladores, que es el riesgo país, comenzó a escalar hasta llegar a los 1500 puntos. La esperanza del verano post Ley Bases se disipó rápidamente.
El problema que aqueja a la economía es que hace 10 años se orientó hacia el sector especulativo y de la renta, sin considerar como prioritaria la generación de empleo y la producción industrial, sino como una simple derivación de la inundación de dinero, algunos ese derrame lo veían desde la impresión de pesos, otros desde la toma de deuda en dólares o la entrada de fondos de inversión extranjeros.
Seguimos en la misma encerrona, con un gobierno que al no contar con préstamos extranjeros optó por elevar la deuda pública en 6 meses en el mismo monto que el gobierno de Cambiemos -el más endeudador de la Historia- lo había hecho en 2 años.
Como la única visión que amalgama a la clase dirigente es el consenso exportador, el sueño de neoliberales y socialdemócratas es que las exportaciones del sector primario (agro, minería, petróleo y gas) logren estabilizar la economía mediante una gran entrada de divisas.
Sin embargo, al observar un dólar planchado con el objetivo de lograr cumplir con el slogan de campaña del fin de la inflación (aunque sea a costa de vivir todos en un gran cementerio industrial de galpones abandonados), quienes deberían vender sus cosechas y liquidar los dólares no lo hacen, mientras que quienes deberían traer fondos frescos para invertir en la producción minera y la logística exportadora energética, tampoco lo hacen.
Todos esperaban la devaluación o la eliminación del cepo (que derivaría en una devaluación), y por eso la Ley Bases siguió su curso natural y cayó en el vacío, es decir, un artificio que pretende cambiar con la escritura jurídica la realidad espiritual y material de un pueblo.
La desesperación de los jefes de la política económica es total. Mientras se conforman equipos económicos paralelos a los del Ministro por parte de los dos sectores ganadores de este ciclo económico nacido hace 10 años: unos por el lado del sistema financiero y el FMI, y otros por el lado de los sectores oligárquicos rentistas.
Todos coinciden en la necesidad de levantar el cepo sobre el dólar y normalizar el ingreso y salida de las divisas para los proyectos de inversión y la acaparación de dólares para el pago de la deuda. Como anticipamos la semana pasada, el jefe de Economía -al igual que lo hizo antes de asumir- optó por primero arreglar con los bancos y salvarles la billetera.
Mientras en Diputados se pincelaba la aprobación final del proyecto, el Ministerio de Economía volvía a endeudarse por 8,4 billones de pesos (sí, doce ceros). Por un lado emitió nueva deuda mediante las Lecap (letras que capitalizan intereses, es decir, anatocismo con tasas del 4,5% mensual), a fin de calzar los plazos fijos del sistema bancario y garantizarles a los bancos la posibilidad de salir de la deuda del Banco Central y migrar hacia nueva deuda con el Tesoro Nacional. Por otro lado, emitieron deuda de «dólar linked», para calzar a los tenedores de deuda en dólares y que se aseguren un dólar a futuro que se asemeje al oficial, más una tasa de premio.
Luego de la nueva deuda, el Secretario de Finanzas Pablo Quirno, de la misma consultora de Caputo y Bausili, explicó que la nueva deuda era para comprar los dólares necesarios para los vencimientos de deuda externa del 9 de julio: «Se alcanzó el objetivo de estirar duration, completar la curva de Lecaps y, con el excedente de la licitación se procederá a adquirir los dólares para el pago de la deuda denominada en moneda extranjera con vencimiento en julio”.
Los vencimientos de la deuda externa con acreedores privados de la semana que viene ascienden a 6504 millones de dólares, por los títulos GD y AL.
El Ministro de Economía prepara su salida frente a la hecatombe, en algún lado tiene que trabajar y probablemente sea el extranjero. Por eso, esta semana comenzó la negociación con el sector financiero para salvar a los bancos.
Este mismo lunes se reunieron con 77 banqueros en el Salón Bosch del Banco Central, donde participó desde Caputo y Bausili, para explicarles cómo será la política financiera hacia adelante. Se trata de 77 presidentes y CEO de bancos públicos, privados, nacionales y extranjeros que actualmente operan en la Argentina, más los representantes de las Cámaras empresarias de los banqueros. Por supuesto, no se convocó a los trabajadores bancarios ni a la CGT.
Los representantes de las Cámaras de bancos ofrecieron declaraciones sobrias de confianza y acompañamiento a las nuevas medidas, aunque advirtieron que todavía falta que se pongan sobre decretos y resoluciones.
La nueva propuesta consiste en un nuevo tipo de deuda: Letras de Regulación Monetaria. Los Bancos Centrales del mundo cuentan con varias funciones, por un lado la cuestión cambiaria (la moneda nacional frente al resto de las monedas del mundo), la cuestión monetaria (la regulación de la cantidad de dinero para la economía) y por último la superintendencia del sistema financiero (la responsabilidad de controlar, autorizar o liquidar a las entidades que operan en el sistema financiero).
Con este nuevo instrumento, la búsqueda es que el Banco Central regule la cantidad de pesos de la economía mediante letras que emite el Tesoro Nacional, es decir, desde el Ministerio de Economía (Poder Ejecutivo). En el fondo, la promesa es que el Banco Central ya no podrá emitir más, en tanto la emisión se va a nivelar desde la capacidad del Poder Ejecutivo de endeudarse en pesos.
El objetivo central con el cual quieren seducir a los banqueros es la posibilidad de calzar la nueva deuda del Tesoro a la cual los obligan a suscribir para desarmar la deuda del Banco Central. Con el nuevo esquema, ya no se necesitarían opciones o «puts» para que los bancos puedan liquidar sus títulos de deuda en el Banco Central, sino que directamente la plata que le prestan al Tesoro se depositará en el mismo BCRA y servirá como patrón para la determinación de la tasa de interés de la economía.
Nuevamente, la solución a nuestros problemas se guían desde la «ideología de la guita», mientras nuestro pueblo es conciente que la única salida es inundar nuestra Patria de trabajo en talleres y fábricas.
4 | Otra baja para la industria
La producción y el trabajo agonizan en medio de una de las depresiones económicas más grandes de nuestra Historia.
Ahora nos toca anunciar otra pérdida industrial, la planta de Canale de San Rafael, Mendoza, cerró sus puertas.
Producían conservas, mermeladas, dulces sólidos y frutas en almíbar, contaba con 38 trabajadores y fueron todos despedidos.
La actual dueña de Canale se llama Alimentos Vegetales Argentinos (AVA) y concentra la totalidad de la producción, con una capacidad de procesar 1000 toneladas diarias de alimentos.
El intendente de San Rafael sentenció en su cuenta de X: «Primer efecto de ‘reactivación económica’ luego de aprobar la ley bases, cierre definitivo de la planta fabril de Canale en Real del Padre, 38 empleados despedidos. Sin palabras».
La historia de Canale es un poco representativa del devenir de todos los argentinos. Abrió sus puertas en la década del 40, se apalancó como potencia en la industria alimenticia de Argentina e Hispanoamérica. Luego de surfear la destrucción del aparato industrial de la dictadura del 76 y la década del 90, en 2006 sumó su primera línea de producción de pulpas concentradas de frutas en envasado aséptico, logrando con ello producir tanto conservas de duraznos, peras, manzanas y damascos. Luego de las negociaciones realizadas con la Secretaría de Comercio, que buscaba una inversión por parte de las empresas para reemplazar sus insumos importados que demandaban dólares, comenzó a desarrollar una planta elaboradora de envases de hojalata, que finalmente inauguró en 2014, con una capacidad de 1000 láminas por hora, 650 envases y 1280 tapas por minuto. A su vez, Canale contaba con 600 hectáreas de cultivos frutícolas. La política económica se preparaba para el mundo que venía, donde las empresas más ganadoras son aquellas que logran una integración vertical de sus procesos productivos para evitar depender de las cadenas de comercialización internacional, atestadas de guerras, aranceles, sabotajes y atentados.
Finalmente, en 2018 la fábrica propiedad del grupo Alco-Canale sufrió las consecuencias de varios años de haberse abandonado la política económica de producción y trabajo, y fruto de una crisis financiera letal declaró su quiebra.
En agosto de 2019 la empresa fue adquirida por su competidora AVA, que había nacido en 2005, con el objetivo de posicionarse como una gran alimenticia mendocina con alcance nacional. La economía no acompañó y a los problemas heredados se sumó la merma total en las ventas en el mercado interno, que derivaron en la decisión del grupo AVA de cerrar la planta de San Rafael.
5 | La Patria en la extensión
En los lugares más inhóspitos, ante las inclemencias del tiempo y los desafíos de las distancias, el patriotismo del pueblo argentino se hace notar. Donde haya un argentino asegurando la soberanía de nuestra Nación, hasta en las esquinas más inaccesibles del laberinto rocoso de los Andes, nuestras Fuerzas demuestran estar a la altura.
Las nevadas históricas que sufre nuestra Patagonia llevaron las temperaturas hasta los -30°C en algunas zonas. En las ciudades, los autos patinan en las calles céntricas. Las carreteras se bloquean, los caños se congelan y el gasoil también. En las estancias, los caminos se imposibilitan y los animales mueren en la desesperada búsqueda de refugio y algún puñado de forraje.
Esta situación se expone de manera cruda en el extremo sudoeste de la provincia de Santa Cruz, en la zona de Rospentek Aike y Tapi Aike. Allí, el Ejército Argentino tiene una misión: asegurar la integridad y abastecer a los puesteros, productores y criadores que, en un área de 500 kilómetros cuadrados, se encuentran totalmente aislados.
Rodeados por hielo y nieve, no hay tractor que soporte las condiciones para acercarse a las estancias y los puestos. Por eso, el Ejército se abre camino con sus tanques blindados M-113, a los cuales despojan de su artillería para ganar lugar y así poder llevar el forraje, la leña, el agua y el alimento a los productores. En algunos casos, incluso, el Ejército ha puesto a disposición sus helicópteros, utilizados en el caso del Puesto La Verdadera Argentina, donde un gaucho se aferra a su tierra junto a sus 12 perros, mientras muchos de los animales del establecimiento pierden la vida en manos de las heladas. Allí, el Ejército informó que la temperatura había alcanzado los -30°C.
Para lograr esta Gesta, no alcanza con las Fuerzas del Estado: la Comunidad Organizada es fundamental. El Ejército Argentino precisa de los propios crianceros, peones, propietarios y gobiernos locales para estudiar el territorio y trazar la logística necesaria para cumplir su misión. Además, las indicaciones, observaciones y consejos de los pobladores son invaluables para el buen desarrollo de nuestros uniformados. Y así fue.
El equipamiento del Ejército sale desde el Regimiento de Infantería Mecanizado 35 Coronel Manuel Dorrego y el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 11 Coronel Juan Pascual Pringles, ubicados en la localidad de Rospentek. Se trata de la guarnición militar más austral del país, con una unidad de 600 soldados al servicio de la Patria. “Somos los únicos que podemos llegar a donde nadie llega”, dice el Teniente Coronel Marcelo García Serrano, jefe de la guarnición militar.
Días antes de comenzar su misión de abastecimiento y asistencia, desde las unidades de Rospentek se había colaborado con la municipalidad de 28 de Noviembre, cercana a la base, para la provisión de tanques de agua potable a los fines de asistir a los vecinos del paraje El Turbio que, por el congelamiento de las cañerías, no podían satisfacer sus necesidades básicas.
El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, también puso el cuerpo y fue parte de la misión de abastecimiento, llegando en helicóptero al Puesto La Verdadera Argentina y conociendo a los productores de la zona de la mano del Ejército.