Aymar: La Lucha y el rugido nacional | Amiga de los pueblos #8

Escrita por Valentina García Ojeda – Universidad Nacional de La Plata

Un día como hoy en 1977, Rosario sumó a su lista el nacimiento de otra gran deportista: Luciana Aymar, consagrada la mejor jugadora de Hockey del mundo y una de las mayores exponentes del deporte femenino en Argentina.

Su primera aproximación a la disciplina fue a los 8 años, en una cancha mitad pasto y mitad tierra del Club Atlético Fisherton, mientras decidía qué deporte practicar para mejorar su postura y, obviamente, sin conocer que la sucedería una cadena inmensa de éxitos.

A los 16 años, lejos de lo que podría imaginar, fue convocada para entrenar en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD). Sin el apoyo de la Confederación Argentina de Hockey (CADH) y mientras hacía malabares entre su vida personal, estudios y compromisos con el club, emprendió viaje tres veces por semana en el transcurso de la madrugada desde su ciudad natal hasta la capital del país, haciéndole honor a su apodo.

Vistió por primera vez la albiceleste del plantel mayor en 1998. Formó parte de la camada de jugadoras que dio nacimiento a Las Leonas como denominación y símbolo que identificaría al equipo nacional hasta la eternidad.

El deporte aún no hacía mucho ruido y, por ende, no era extraña la confusión que generaba ver a una chica con un palo de Hockey y la fácil asimilación con una jugadora de golf. Para aquel entonces, la selección no lograba superar la barrera de las semifinales en ningún torneo.

La situación mejoró tras el esfuerzo de Lucha en el partido que las llevó a obtener el primer puesto del Champions Trophy1 2001, la primera victoria del equipo nacional. Faltando 3 minutos para la finalización, rodeada de 5 rivales en una esquina de la cancha y mientras se coreaba el “Lucha, Lucha; la pelota al rincón… Tenela…”, retuvo la bocha hasta los últimos instantes para evitar el empate.

A partir de ése año, nada las paró; en 2002 consiguieron el oro en la Copa del Mundo, donde Luciana comenzó a mostrar que sus habilidades no eran terrenales.

Fue así que terminó de aplacarse el desconcierto inicial. Nuestra Leona comenzó a ser conocida como «la Maradona del Hockey» y, con su estilo de juego parecido al 10, cautivó hasta a quienes menos conocían la disciplina.

Como era de esperarse, se encontró sumergida en cantidades abismales de propuestas para jugar en equipos europeos, donde la hegemonía futbolera no es absoluta y la posibilidad de vivir del Hockey no es tan absurda a niveles tan altos. A pesar de lo tentativo, ella eligió desarrollar su carrera en suelo argentino para nutrir la liga local y tener un contacto más cercano con el semillero argentino, que poco a poco se iba consolidando.

Para que te des una idea, según la CADH, la cantidad de afiliadas de 12 años aumentó de 40.000 a 123.000 entre el 2000 y 2014 (sin contar a las miles, que sin estar federadas, jugaban en un club de barrio o en el colegio).

El Hockey terminó de asentarse en 2010 producto de la obtención del segundo título mundial sobre suelo argentino y con Aymar a la cabeza. Cada gol frente a las últimas campeonas era un escalón más para lograr ocupar un lugar en el podio; aquel Estadio Mundialista, que hoy lleva su nombre, estaba sumergido en un clima de euforia.

“Nunca pensé que iba a poder jugar un mundial en Rosario, donde no había sintético, no había un estadio. Pero gracias a la historia y los resultados de Las Leonas, se logró.”

Asimismo, hay que merituar que no sólo supo presentar y representar al país en el campo de juego, sino que en 2012 fue elegida abanderada de los Juegos Olímpicos. Incluso con todas las complicaciones que conlleva un deporte amateur practicado por mujeres, posicionó al Hockey en primer lugar.

Toda esa alegría que venía en aumento se transformó en tensión durante el Mundial 2014. Hasta ese momento, Lucha nunca había sufrido una lesión en el desarrollo de un torneo y, mucho menos, que la dejara fuera de la cancha durante varios partidos. Aún sin estar en condiciones, decidió disputar la semifinal que la llevó a conformarse con el tercer puesto de la que sería su última Copa del Mundo.

Por la ambición propia de una campeona, se propuso dar revancha y eligió despedirse del mundo del Hockey en Mendoza, donde ganó su último trofeo tras disputar la final del Champions Throphy en el mismo año que la derrota mundial.

Finalmente tras 16 años, luego de disputar 376 partidos y habiendo convertido 162 goles con la selección nacional, decidió ponerle punto final a su inigualable carrera.

Hoy, con el diario del lunes, pero sin querer reducir su carrera a algo tan mundano como una enumeración de logros, podemos decir que fue la única deportista argentina en obtener 4 medallas olímpicas y, al igual que el número que llevaba en el dorso de su camiseta, fue la única nombrada 8 veces como la mejor jugadora del mundo. 

“Creo que lo más grande como deportista en toda mi carrera fue la satisfacción gigante de haber revolucionado un deporte en nuestro país.”

Está más que claro que ya no es necesaria la analogía futbolística para reconocer la destreza que supo desplegar nuestra “Maga” en el campo de juego, ni tampoco su importancia para acercar este gran deporte a las clases sociales más bajas.

El auge de Las Leonas y la figura de Aymar, por su garra y talento, llevó a crear en el imaginario colectivo la argentinidad femenina2, utilizada por el Estado como una oportunidad para mostrarse frente al mundo, pero sin que signifique un mayor apoyo a nuestras jugadoras. De hecho, el deporte ha tenido un desarrollo propio que se explica únicamente en relación a sus éxitos deportivos.

En esa línea, quisieron presentarnos al Hockey como la contracara femenina del fútbol, cuando a nivel estructural y económico no tenían ninguna similitud.  Actualmente el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) sólo brinda unas pobres becas a unas pocas jugadoras, siendo el único ingreso de cara a la preparación de ciertas competencias.

Para la sorpresa de unos pocos, el Hockey emprendió camino nuevamente hacia el anonimato, quizá porque el negocio no acompaña o quizá por la fuerza del fútbol femenino en su busca de lograr la igualdad entre deporte masculino y femenino.

Lo cierto es que la historia de Lucha y de la disciplina son todavía muy recientes. Constituyen el puntapié de un largo camino que deben afrontar las nuevas generaciones para obtener el anhelado reconocimiento “profesional” y dejar atrás el impropio y extemporáneo “amateurs con dedicación profesional”.

Citas

1 Fue un torneo de selecciones nacionales de hockey sobre césped. El tercer torneo en importancia de la Federación Internacional de Hockey.

2 Estereotipo femenino para producir y poner en circulación el carácter argentino en la búsqueda de producir pertenencia a la Nación.

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